[PRIVADO/NATHAN] EXPRESO DE MEDIA NOCHE.

-Roncaba y roncaba pues por algunos minutos, quizás al menos una media hora había bajado la guardia, algo que muchas veces para alguien de su condición era impensado. Pero ¿Cómo no podría?, si aquella lata de sardinas era una verdadera trampa para cualquiera que intentase algo en su interior. En la antigüedad eran sabidas las historias de como los trenes se habían convertido en el peor lugar para pelear de todos, pero en especial aquellos en donde el viaje se prolongaba por varios días y las parada se realizaban cerca de cada seis horas... La única manera de sentirse aún más seguro, era que el tren arrancara y ya en marcha podría cerrar sus ojos todo lo que quisiera.

De la nada sintió una suave briza en el rostro y decidió dejar el descanso entreabriendo sus ojos, aún algo somnoliento mientras jaló algunas almohadas bajo su rostro, removiendo los cabellos que cubrían sus ojos sólo para notar que ya tenía un invitado en aquel vagón. Al menos era alguien de aspecto antisocial y no uno de aquellos que ansían hablar, pero sobre todo entrometerse, por lo que incluso agradecía que llevase los cascos de lo que parecía un aparato de sonido en sus oídos.

Acabó por sólo darse vueltas sobre la cama, dejando caer al suelo sus zapatillas en lo que acomodaba bajo las almohadas la mochila que cargaba consigo, sólo para dar algo más de altura a aquellas almohadas... Debía admitir que el clima dentro de la cabina era agradable, cálido e invitaba a echarse una siesta y es que era eso o pedir servicio de cabina, solicitando Vodka como era la costumbre o simplemente hartarse de comida, pero como Chase no comulgaba demasiado ni con el licor ni la comida, pues recuperar fuerzas parecía una mejor opción-.
¿Hacia donde vas?
-Su pregunta fue simple, alzando la voz para que el contrario pudiera oírlo. No es que fuera amistoso, pero deseaba saber hasta donde viajarían juntos y si el chico en cuestión era un insoportable o alguien que podría tolerar sin mayor problema-.

-Tenía que admitirlo, aquel muchacho era bastante interesante a la vista, por no decir que le resultaba atractivo. Su piel pálida y ese aire a "Me importa un cojón", ese era el tipo de chicos que le gustaban y siempre se resistían o al menos en inicio, chicos que eran necios y altivos, con un aire intelectual empapado a indiferencia, que sólo hacía sobresaltar una deliciosa personalidad que clamaba por ser quebrantada... Chase no era un predador sexual, simplemente le gustaba de quebrar aquel tipo de chicos y hacerlos desear aquello que en su inconsciente anhelaban secretamente. Empapó su labio inferior con su húmeda lengua al momento en que escuchó aquella escueta respuesta, cayendo en cuenta de que aquel chico no quería ser interrumpido, por lo que sólo fue conciso en sus palabras esperando no interrumpirlo o quizás si-.
Dicen que San Petersburgo está lleno de homosexuales...

-Le encantaba molestar a las personas o al menos molestar a los chicos guapos, aunque se viera en riesgo de recibir un puño en pleno rostro, en algo debía ocupar el tiempo y si tomaba en cuenta que el viaje en tren se extendería bastante, pues una conversación improvisada no vendría nada mal. Además material de lectura tenía, pero no consideraba propicio sacar libros de ocultismo a ojos de otras personas, pues de por si aquello ya era ponerse en la frente el cartel de "Otro".
La temperatura de la cabina se elevaba y terminó por quitarse el abrigo, quedando en playera mientras su mirada analizaba cada movimiento de aquel compañero de cabina, desde como sus dedos se movían al hojear aquel libro, hasta como sus parpados titilaban cada tanto al momento en que parecía descubrir un secreto o un suceso importante en aquel manuscrito, mientras Chase lo miraba como si se se tratase de un delicioso postre-.
Jo-der como está el niñato.