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Rusia, Moscú~ Año 2014. Desde la antigüedad los humanos han convivido con seres sobrenaturales, sin saber de la existencia de estos. Dichos seres han sido llamados desde antaño como "Otros" (Иные). Entre estos mismos existen enormes diferencias, que parecen acentuarse aún más con el paso de los siglos, separándose en variadas razas que poco a poco algunos hombres iluminados pudieron comenzar a identificar, dejando testimonio de esto en antiguos manuscritos. Los llamados otros mantuvieron durante centurias una tregua, con la cual prometían jamás mostrarse ante un humano en su forma real, y aunque siempre hubieron ocasiones en que un otro rompía la tregua por motivos de fuerza mayor~ Hoy en día muchos han decidido romper la tregua en beneficio propio, poniendo en peligro a toda su raza y abriendo los ojos de la humanidad. Este es el juego de las apariencias y muchas veces engañan ¿Serás capaz de confiar?.
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[Privado/ Balih] You're my fortune cookie [+18]
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[Privado/ Balih] You're my fortune cookie [+18]
Había perdido la noción del tiempo, había olvidado la hora, el día e incluso el porque se encontraba ahí. Estaba relajado, como nunca antes, sus ojos se perdían en el techo, en el cuerpo del chico que le acompañaba en esa habitación y en la luz que entraba desde su izquierda. Enki se encontraba recostado sobre el columpio que adornaba el lugar, con una playera negra y unos bóxer del mismo color, las piernas cruzadas y las palmas sobre su nuca, con la atmósfera de perezoso colándose en su cuerpo, disfrutando su estadía en el hotel. Relamió sus labios con la base de la lengua, bostezó y se levantó, rápido, tan rápido que incluso un pequeño dolor de cabeza llegó a él, con punzadas fuertes y escandalosas. Arrugó la nariz y descalzo avanzó hasta la ventana, dónde se inclino para separar la persiana con las yemas y así observar hacia afuera, curioso, en demasía.
Los dedos de los pies se movían relativamente inquietos por la frialdad de la cerámica, los labios se abrían para soltar otro bostezo y en movimientos torpes el fénix comenzó a dar pasos hacia atrás, hasta que sus gemelos chocaron contra los bordes de la cama y le obligaron a sentarse-. Mh… oye, Balih. -Acotó, giró la cabeza, apoyó una palma en el colchón y luego giró el torso, con la clara intención de gatear hasta él o arrastrarse cual gusano, lo primero que llegase a su cerebro. Tres segundos pasaron y ya estaba recostado a su lado, le miraba con una pequeña y bastante divertida sonrisa, estúpida, por no decir otra cosa- ¿Me besas? -Se atrevió a decir, mientras en el proceso mostraba sus dientes y con cautela intentaba rodearle por la cintura con uno de sus brazos, conforme el rostro se inclinaba hacia su pareja para robar un beso , uno corto si es que tenía suerte o uno bastante largo si es que Balih lo deseaba, esperaba lo último con ansias-. Prometo no meter mano, mh.
Los dedos de los pies se movían relativamente inquietos por la frialdad de la cerámica, los labios se abrían para soltar otro bostezo y en movimientos torpes el fénix comenzó a dar pasos hacia atrás, hasta que sus gemelos chocaron contra los bordes de la cama y le obligaron a sentarse-. Mh… oye, Balih. -Acotó, giró la cabeza, apoyó una palma en el colchón y luego giró el torso, con la clara intención de gatear hasta él o arrastrarse cual gusano, lo primero que llegase a su cerebro. Tres segundos pasaron y ya estaba recostado a su lado, le miraba con una pequeña y bastante divertida sonrisa, estúpida, por no decir otra cosa- ¿Me besas? -Se atrevió a decir, mientras en el proceso mostraba sus dientes y con cautela intentaba rodearle por la cintura con uno de sus brazos, conforme el rostro se inclinaba hacia su pareja para robar un beso , uno corto si es que tenía suerte o uno bastante largo si es que Balih lo deseaba, esperaba lo último con ansias-. Prometo no meter mano, mh.
Enki
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Re: [Privado/ Balih] You're my fortune cookie [+18]
-Si debía ser sincero, aquella era una de las tantas escapadas de las que solía tener junto a Enki... ¿Cómo no escapar de todo? Aquello era el mejor regalo que podían tener, pasar días a solas, detener el tiempo aunque fuese por un breve lapsus. Cuando se encontraban a solas, perdían la noción del tiempo por completo, los días se convertían en noches y viceversa. Aquella noche en particular, se le había hecho en extremo larga y por ello mismo era que se encontraba aún durmiendo, aunque lentamente comenzaba a despertar a causa de la cercanía de Enki y sus desplazamientos por la habitación, que si bien no eran ruidosos, resultaban en sombras cuando su silueta cruzaba ante el sol que entraba por las ventanas. Exhaló quejumbroso al despertar y notar que su compañero se aproximaba a él de un modo juguetón, además de vivaz y aquello no hizo más que reflejar una sonrisa complaciente en sus labios, pues Enki no hacía más que llenar su vida de un modo en que nadie más podría ni lo haría-.
¿Que te bese? Ahh ¿Cómo no hacerlo? Anda... Ven aquí. -Replicó entre sonrisas, aún desnudo bajo las sábanas mientras sentía el particular modo en que Enki le cogía por la cintura~ Sus labios se unieron sonrientes y pícaros a los del contrario, sintiendo aquella tibia humedad cuando comenzaba a succionarles lentamente, procurando no sólo ser cuidadoso, si no haciéndole saber cuanto lo deseaba. Entonces abrió las sabanas tan sólo para cubrir a Enki hasta la cintura, permitiendo que se arrimara sobre él a la vez que sus manos fueron hasta la prenda interior que este llevaba, la cual estaba claramente de más.
Con suavidad jaló esta, dejando bajo las sábanas casi desnudo a su chico... casi-.
Adivina que se me antoja... -Replicó el fénix sin tapujo alguno, mientras sonreía y su respiración se aceleraba considerablemente, al sentir la piel contraria sobre la propia... Era lo que tenían aquellos cuerpos humanos y es que eran muy propensos a los vicios-.
¿Que te bese? Ahh ¿Cómo no hacerlo? Anda... Ven aquí. -Replicó entre sonrisas, aún desnudo bajo las sábanas mientras sentía el particular modo en que Enki le cogía por la cintura~ Sus labios se unieron sonrientes y pícaros a los del contrario, sintiendo aquella tibia humedad cuando comenzaba a succionarles lentamente, procurando no sólo ser cuidadoso, si no haciéndole saber cuanto lo deseaba. Entonces abrió las sabanas tan sólo para cubrir a Enki hasta la cintura, permitiendo que se arrimara sobre él a la vez que sus manos fueron hasta la prenda interior que este llevaba, la cual estaba claramente de más.
Con suavidad jaló esta, dejando bajo las sábanas casi desnudo a su chico... casi-.
Adivina que se me antoja... -Replicó el fénix sin tapujo alguno, mientras sonreía y su respiración se aceleraba considerablemente, al sentir la piel contraria sobre la propia... Era lo que tenían aquellos cuerpos humanos y es que eran muy propensos a los vicios-.
Balih [ Ethan ]
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Re: [Privado/ Balih] You're my fortune cookie [+18]
Voy, voy –Respondió juguetón, fundiendo sus labios en los ajenos, con movimientos lentos, succionando de vez en cuando su superior y mordisqueando el inferior, todo eso acompañado de respiraciones que se escapaban por las comisuras y por sus fosas nasales. Dibujó aún más su sonrisa cuando procesó como su chico le obligaba a meterse bajo las sabanas, soltando una ronca risa al notar como la prenda, esa que cubría sus genitales, bajaba, hasta las rodillas. Se separó unos centímetros, tragó la mezcla de saliva que se anidaba en su propia boca y continuó admirándole, con los ojos levemente entrecerrados. No dijo nada a sus últimas palabras, solo se quitó completamente el bóxer y se metió entre las piernas del más bajo, rozando descaradamente su pene con el de él. Apoyó cada palma en los costados de su cabeza, ladeó la quijada y desde arriba le miró, analizando sus facciones antes de emitir palabra alguna-.
Que te haga el amor… ¿O qué te folle? ¿Mh? –interrogó, se acercó aún más a él y sin cerrar los ojos unió nuevamente ambas bocas, esta vez en un beso algo desesperado ¿Estaba bien demostrar cuánto deseaba hacer eso? Claro que habrían caricias de por medio, pero se habían saltado completamente la etapa de los besos lentos, o eso creía. Las sabanas recorrían su espalda y sus muslos desnudos se rozaban con los de su chico, cosa que le calentaba progresivamente, no iba a mentir, no servía para eso. Enterró las uñas en las almohadas que estaban justo detrás de la nuca de Balih, he intentó colar su gruesa lengua en la cavidad adyacente, sin ahogarle en el intento… o eso esperaba. La cadera se alzó y así sintió como los testículos creaban una deliciosa fricción entre ambos, logrando que Enki arrugara la nariz y cerrara los ojos finalmente. El empeine se restregó contra la cama, la saliva pasó por su garganta y realizando toda la fuerza que tenía en el brazo izquierdo se afirmó del colchón, solo para bajar la extremidad derecha he intentar palparle el trasero, sin permiso alguno, estaban jugando con fuego, literalmente, solo esperaba no quemar todo a su paso, aunque pronto sería demasiado tarde-. Mhgg...
Que te haga el amor… ¿O qué te folle? ¿Mh? –interrogó, se acercó aún más a él y sin cerrar los ojos unió nuevamente ambas bocas, esta vez en un beso algo desesperado ¿Estaba bien demostrar cuánto deseaba hacer eso? Claro que habrían caricias de por medio, pero se habían saltado completamente la etapa de los besos lentos, o eso creía. Las sabanas recorrían su espalda y sus muslos desnudos se rozaban con los de su chico, cosa que le calentaba progresivamente, no iba a mentir, no servía para eso. Enterró las uñas en las almohadas que estaban justo detrás de la nuca de Balih, he intentó colar su gruesa lengua en la cavidad adyacente, sin ahogarle en el intento… o eso esperaba. La cadera se alzó y así sintió como los testículos creaban una deliciosa fricción entre ambos, logrando que Enki arrugara la nariz y cerrara los ojos finalmente. El empeine se restregó contra la cama, la saliva pasó por su garganta y realizando toda la fuerza que tenía en el brazo izquierdo se afirmó del colchón, solo para bajar la extremidad derecha he intentar palparle el trasero, sin permiso alguno, estaban jugando con fuego, literalmente, solo esperaba no quemar todo a su paso, aunque pronto sería demasiado tarde-. Mhgg...
Enki
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Re: [Privado/ Balih] You're my fortune cookie [+18]
-Tenía completamente claro que Enki era un descarado, de esos que ya no existen y era precisamente aquello lo que adoraba de él, pues no tenía tabú alguno a la hora de subirse al ring de cuatro perillas... Era algo que no podría definir, salvo como total complicidad y entrega mutua, confianza ciega. Balih estaba completamente enamorado de aquel tipo ¿Y cómo no? si era simplemente perfecto en cada uno de sus aspectos y le conocía por completo, pues tras una eternidad juntos, ya no existían secretos entre los dos.
Apenas escuchó las opciones que tenía, sólo sonrió pues Enki arremetió con una serie de roses descarados y que no hacían más que caldear aquellos ánimos que lentamente abrazaban su cuerpo como fuego y acrecentar esa sensación de necesidad por tenerle nuevamente. Con lentitud entonces, llevó su diestra bajo las sabanas y con delicadeza tomó entre sus dedos el miembro del contrario, deslizando las yemas por las venosidades que cubrían su ya erecto miembro, el cual comenzó a masturbar casi a la par de su respiración agitada-.
Mmm está difícil... ¿Y si me follas, así rico como anoche?
-Respondió ante la interrogante que el mayor había planteado, cuando no pudo más con los juegos de Enki y frunció el ceño cerrando sus ojos, sobre todo cuando sintió como el contrario jugaba con su trasero... Si tenía que admitir algo, era que le encantaba aquella manía que Enki tenía con su trasero~ Jamás perdía oportunidad de meterle mano, morderle o simplemente comérselo, como tantas veces lo hacía cuando tomaban un baño de tina juntos. De sus labios brotó un grave gemido pleno de éxtasis, prueba clara de lo delicioso que le resultaban los juegos que ambos llevaban a cabo y de lo poco que Balih podía estar sin él... La fricción entre sus muslos se detuvo un tanto,sólo para que el mayor se acomodase mejor entre sus piernas y entonces soltó el miembro de este, sólo para dirigir su mirada a la playera que el contrario llevaba y mirando esta casi con odio, despojar a su chico de aquella prenda que sólo salía sobrando en esos instantes de intimidad. Sus manos se posaron en el abdomen ajeno y sus dedos se deslizaron lentamente, demarcando sus músculos hasta que se acercó nuevamente a su oído para susurrar-.
Es lo que tiene follar por la mañana, siempre estás así de duro Mhhh...
-Musitó justo con sorpresa al momento en que sintió como la erección del mayor apuntaba contra su entrada, haciéndole incluso dar un salto al sentir como su glande presionaba de forma casual, aquella zona tan delicada-.
Apenas escuchó las opciones que tenía, sólo sonrió pues Enki arremetió con una serie de roses descarados y que no hacían más que caldear aquellos ánimos que lentamente abrazaban su cuerpo como fuego y acrecentar esa sensación de necesidad por tenerle nuevamente. Con lentitud entonces, llevó su diestra bajo las sabanas y con delicadeza tomó entre sus dedos el miembro del contrario, deslizando las yemas por las venosidades que cubrían su ya erecto miembro, el cual comenzó a masturbar casi a la par de su respiración agitada-.
Mmm está difícil... ¿Y si me follas, así rico como anoche?
-Respondió ante la interrogante que el mayor había planteado, cuando no pudo más con los juegos de Enki y frunció el ceño cerrando sus ojos, sobre todo cuando sintió como el contrario jugaba con su trasero... Si tenía que admitir algo, era que le encantaba aquella manía que Enki tenía con su trasero~ Jamás perdía oportunidad de meterle mano, morderle o simplemente comérselo, como tantas veces lo hacía cuando tomaban un baño de tina juntos. De sus labios brotó un grave gemido pleno de éxtasis, prueba clara de lo delicioso que le resultaban los juegos que ambos llevaban a cabo y de lo poco que Balih podía estar sin él... La fricción entre sus muslos se detuvo un tanto,sólo para que el mayor se acomodase mejor entre sus piernas y entonces soltó el miembro de este, sólo para dirigir su mirada a la playera que el contrario llevaba y mirando esta casi con odio, despojar a su chico de aquella prenda que sólo salía sobrando en esos instantes de intimidad. Sus manos se posaron en el abdomen ajeno y sus dedos se deslizaron lentamente, demarcando sus músculos hasta que se acercó nuevamente a su oído para susurrar-.
Es lo que tiene follar por la mañana, siempre estás así de duro Mhhh...
-Musitó justo con sorpresa al momento en que sintió como la erección del mayor apuntaba contra su entrada, haciéndole incluso dar un salto al sentir como su glande presionaba de forma casual, aquella zona tan delicada-.
Balih [ Ethan ]
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Re: [Privado/ Balih] You're my fortune cookie [+18]
-La palma se deslizaba cual Pedro por su casa por sobre la delicada y suave piel que constituía el redondo y bien dotado trasero de su pareja, las yemas se enterraban ahí y las uñas dejaban leves marcas, rojizas tal vez. Los cinco dedos fueron a parar sobre la cadera del más bajo y su brazo flaqueó al procesar como su miembro era atrapado entre aquella mano, siendo mimado cual niño, le encantaba eso, le encantaba el poder que Balih tenía sobre él, sobre su cuerpo, mente y espíritu. Arrugó el entrecejo, la nariz y terminó por apoyar el codo sobre el colchón, quedando aún más cerca, casi pecho contra pecho. Dejó que un hálito saliera de su garganta y antes de hablar solo asintió-. Vale… Seré como anoche- Estaba seguro de que esas serían sus últimas palabras, porque generalmente, cuando dedicaba todo su tiempo a algo se entregaba al cien por ciento y esta no sería la excepción, las palabras estaban demás en ese momento. El empeine se amoldó a las sabanas, la sonrisa creció cual luna sobre su rostro y la prenda por fin se desprendió de su cuerpo, dejando a un Enki absolutamente desnudo entre las deliciosas y pálidas piernas de un encantador y sensual Balih, joder, si se ponía duro con tan solo mirarlo.
-Nuevamente y cómo era costumbre, los dientes se modelaron frente a su chico, la palma subió y realizó la fuerza necesaria para quedar de rodillas entre sus piernas, divisando a su fénix desde arriba, con los ojos bien abiertos y los globos oculares analizando cada porción de piel, cada parte que ya deseaba degustar, morder, succionar y lamer, todo al mismo tiempo, estaba comiendo ansias y eso le ponía más duro aún, con venas adornando toda la erección, desde la base hasta el prepucio, el cual ya estaba hacia atrás, desprotegiendo el enrojecido y palpitante glande. Alzó el pecho, arqueó un momento la espalda y continuó mirándole desde arriba, pero esta vez, proyectó sus extremidades hacia él ¿Para qué, por qué? Fácil, la respuesta era clara, su intensión solo era abrir un poco más las piernas de su pareja y dejar aquel ano a su completa disposición, por eso le tomó por la parte trasera de las rodillas, indicándole con un simple acto que ya se las estaba dando de impaciente. Soltó un silbido de admiración, se mordió el labio inferior e inconscientemente acercó su cadera a él, rozando la punta de su pene contra el esfínter. Bajó el mentón, lo apoyó sobre sus clavículas y verificó que sus palmas siguieran en la parte trasera de sus rodillas, sujetándole de ahí para que las piernas no bajaran y la deliciosa posición no se quebrara-. Uh… ¿Qué tenemos aquí? . . . –Juntó saliva en su boca, abultó los labios y dejó caer un transparente hilo de esencia, el cual colgó hasta llegar un poco más abajo del mentón y luego cayó, cayó directamente sobre su propio glande. Con una pícara sonrisa le soltó una de sus piernas y así llevo la mano hasta su propio pene, con el pulgar desparramó toda la saliva por el glande, las venas e incluso por el frenillo, presionando contra el ano para dilatar ahí también. No lo iba a negar, le encanta hacer ese tipo de cosas, era un enfermo, un sucio, vulgar, todo eso y más, no podía evitarlo-.
-Nuevamente y cómo era costumbre, los dientes se modelaron frente a su chico, la palma subió y realizó la fuerza necesaria para quedar de rodillas entre sus piernas, divisando a su fénix desde arriba, con los ojos bien abiertos y los globos oculares analizando cada porción de piel, cada parte que ya deseaba degustar, morder, succionar y lamer, todo al mismo tiempo, estaba comiendo ansias y eso le ponía más duro aún, con venas adornando toda la erección, desde la base hasta el prepucio, el cual ya estaba hacia atrás, desprotegiendo el enrojecido y palpitante glande. Alzó el pecho, arqueó un momento la espalda y continuó mirándole desde arriba, pero esta vez, proyectó sus extremidades hacia él ¿Para qué, por qué? Fácil, la respuesta era clara, su intensión solo era abrir un poco más las piernas de su pareja y dejar aquel ano a su completa disposición, por eso le tomó por la parte trasera de las rodillas, indicándole con un simple acto que ya se las estaba dando de impaciente. Soltó un silbido de admiración, se mordió el labio inferior e inconscientemente acercó su cadera a él, rozando la punta de su pene contra el esfínter. Bajó el mentón, lo apoyó sobre sus clavículas y verificó que sus palmas siguieran en la parte trasera de sus rodillas, sujetándole de ahí para que las piernas no bajaran y la deliciosa posición no se quebrara-. Uh… ¿Qué tenemos aquí? . . . –Juntó saliva en su boca, abultó los labios y dejó caer un transparente hilo de esencia, el cual colgó hasta llegar un poco más abajo del mentón y luego cayó, cayó directamente sobre su propio glande. Con una pícara sonrisa le soltó una de sus piernas y así llevo la mano hasta su propio pene, con el pulgar desparramó toda la saliva por el glande, las venas e incluso por el frenillo, presionando contra el ano para dilatar ahí también. No lo iba a negar, le encanta hacer ese tipo de cosas, era un enfermo, un sucio, vulgar, todo eso y más, no podía evitarlo-.
Enki
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Re: [Privado/ Balih] You're my fortune cookie [+18]
-Siempre resultaba una experiencia nueva cuando tenían la oportunidad de pasar tiempo juntos y en la intimidad... Siempre había algo nuevo por descubrir, pese a que Enki era un libro abierto para él ya a esas alturas. Había perdido la noción completa de cuando había sido la primera vez que habían intimado, mayormente por la cantidad de tiempo que tenían de conocerse y más aún de ser pareja. El que diga que recuerda su primer polvo después de mil años, es claramente un mentiroso... ¿Que más podía decir? siempre terminaba por rendirse al contrario, rendirse y entregarle todo lo que este solicitaba, sin mediar resistencia alguna ante sus demandas. De pronto las manos del mayor fueron desde su trasero hasta sus piernas, deslizando sus dedos en forma provocativa y demarcando un sutil camino hasta que pudieron cogerle por las corvas de forma casi posesiva y absoluta. Esa mirada era ya usual y Balih sabía muy bien lo que sucedía en sus pensamientos durante aquellos momentos, en una dinámica nebulosa y completamente sexual que envolvía por completo el ambiente entre ambos, convirtiendo aquello no sólo en un momento perfecto si no real.
Sintió entonces como una tibia humedad presionaba contra el umbral, aún palpitante por la generosa actividad de la noche anterior. Si era sincero, podría pasar semanas encerrado junto a aquel hombre, sumergidos en aquellas actividades que muchos tacharían de inmorales y lascivas... Algo que en más de alguna oportunidad habían hecho, escapando completamente de la vida hasta un lejano lugar. Era lo que tenía ser compañero de otro como él, sólo los dos y nadie más que se interpusiera, sólo los dos por toda la eternidad-.
Nhhhgg Ahh, se cuidadoso!
-Replicó como si de una graciosa reprimenda se tratase, a la par que sus uñas se clavaron con suavidad en la espalda del mayor, sólo para hacerle notar que tomaría represalias de no comportarse a la altura de las circunstancias. Intentó relajarse, pero sintió un tanto incómoda aquella posición en la que se encontraban, pues sin duda el columpio había destrozado su espalda la noche anterior y aquello le llevó a tomar la decisión de voltearse-. Dame un segundo... así no. -Susurró llevando sus manos al bajo abdomen del contrario, para apartarlo con gentileza mientras se volteaba hasta quedar boca abajo sobre la cama, no sin antes poner una almohada bajo su cadera para que se este modo su turgente y bien formado trasero quedase expuestos a las maquinaciones que pudiese orquestar su amado. De reojo observó su rostro y sólo acotó sus palabras a un simple-. ¿Te gusta así?
Sintió entonces como una tibia humedad presionaba contra el umbral, aún palpitante por la generosa actividad de la noche anterior. Si era sincero, podría pasar semanas encerrado junto a aquel hombre, sumergidos en aquellas actividades que muchos tacharían de inmorales y lascivas... Algo que en más de alguna oportunidad habían hecho, escapando completamente de la vida hasta un lejano lugar. Era lo que tenía ser compañero de otro como él, sólo los dos y nadie más que se interpusiera, sólo los dos por toda la eternidad-.
Nhhhgg Ahh, se cuidadoso!
-Replicó como si de una graciosa reprimenda se tratase, a la par que sus uñas se clavaron con suavidad en la espalda del mayor, sólo para hacerle notar que tomaría represalias de no comportarse a la altura de las circunstancias. Intentó relajarse, pero sintió un tanto incómoda aquella posición en la que se encontraban, pues sin duda el columpio había destrozado su espalda la noche anterior y aquello le llevó a tomar la decisión de voltearse-. Dame un segundo... así no. -Susurró llevando sus manos al bajo abdomen del contrario, para apartarlo con gentileza mientras se volteaba hasta quedar boca abajo sobre la cama, no sin antes poner una almohada bajo su cadera para que se este modo su turgente y bien formado trasero quedase expuestos a las maquinaciones que pudiese orquestar su amado. De reojo observó su rostro y sólo acotó sus palabras a un simple-. ¿Te gusta así?
Balih [ Ethan ]
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Re: [Privado/ Balih] You're my fortune cookie [+18]
Tsk… -Chasqueó la lengua con los dientes apretados y los labios sutilmente abultados, como si se tratara de un puchero, aunque estaba muy lejos de transformarse en eso, tan solo era una cara de estúpido que ni la mejor goma podría borrar de su rostro. Las uñas del menor lograron que gran parte de sus músculos se tensaran, marcando sus abdominales, pectorales, costillas, los muslos e incluso las clavículas, claro estaba que ese tipo de acciones le sacaba absoluta y completamente de quicio, le volvía loco, más de lo que ya estaba. No se quejó, por el contrario, sonrió ante los arañazos que pudo recibir, contento por la actitud que Balih estaba tomando. Optó por soltar su otra pierna y llevar ahora ambas manos hasta su pene, jugueteando con los pulgares sobre el glande propio, desquiciándose automáticamente, definitivamente tenía serios problemas con el autocontrol. Al escucharle soltó un gruñido, arrugó el puente de la nariz y con las rodillas dio leves pasos hacia atrás, solo para que el menor se acomodara en la nueva posición, una que era su favorita, por sobre todas en el Kamasutra, el cual conocía al derecho y al revés.
Me encanta, me encanta, me encanta. -Sus ojos delinearon todo el contorno del trasero ajeno, la división de sus nalgas, el ano, la curva que se formaba en su espalda baja y los huecesillos que sobresalían en su espina dorsal, hasta los omóplatos, sus hombros, nuca y finalmente llegar hasta sus ojos, ahí sonrió, como el idiota enamorado que era y al tragar saliva se dispuso a poner manos a la obra, o sobre el culo de Balih, literalmente. Diestra y siniestra apoyó sobre cada nalga, las yemas se enterraron ahí y con la palma masajeó, notando como las protuberancias se movían, a su antojo. Ni tonto ni mucho menos perezoso se acomodó justo detrás de él, el pene se acomodó justo sobre la línea que dividía las nalgas de su pareja y con las palmas presionó los costados solo para que el trasero abrazara parte del pene. Así mismo comenzó a mover la cadera, con ajetreos lentos, sintiendo como el prepucio subía y bajaba entre las nalgas de su chico ¿Cuánto tiempo habría pasado desde que habían comenzado? Ni idea, solo sabía que lo estaba disfrutando bastante. Enki odiaba las cosas monótonas, por lo tanto, cuando sintió que ya era suficiente terminó el movimiento de sus manos y esta vez se apegó un poco más a él. Su pecho se acopló perfectamente a la espalda del menor y su mentón quedó sobre su hombro, la respiración algo agitada llegaba hasta los oídos de su único amor. Abrió la boca he intentó morder su oreja, una manía que jamás se le iba a quitar, mientras tanto su cadera simulaba embestidas contra él, queriendo corromperle, pero a ese paso, el único que saldría perdiendo sería él-. Mh…. Te daré el privilegio de autopenetrarte si quieres. –Susurró, con la voz más guarra que podía tener, mientras pequeñas risas se escapaban de su garganta y el movimiento de caderas cesaba, solo para que el pene quedara en la perfecta posición. El menor solo tenía que tirar el culo hacia atrás y listo, magia hecha-. ¿Así… O quieres que siga jugando, mh? Estoy algo impaciente.
Enki
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Re: [Privado/ Balih] You're my fortune cookie [+18]
¿Tú impaciente? -Señaló esbozando una sonrisa, por la gracia que le causaba aquello y es que Enki era alguien que se caracterizaba por su poca paciencia y una tendencia a desesperarse en situaciones dónde la prisa apremiaba. Ya había perdido la cuenta de las ocasiones en que su chico le había rasgado la ropa, poseso por el deseo y sin mediar consecuencias en sus actos... Pero si debía hablar con la verdad, ese aspecto salvaje y descarriado que solía reflejar, no hacía más que rectificar a Balih lo perfecto de aquella persona para él. Era simplemente alguien a quien jamás podría reemplazar ¿Cómo hacerlo? si incluso tenía la impresión de que había nacido para estar junto a él y desde un inicio sólo aquello había hecho. No recordaba a ninguno de los otros, sólo a Enki y no sólo vivía por el si no para él, entregado en forma devota a aquel vinculo inquebrantable que habían forjado a fuego por los siglos de los siglos.
De pronto aquella cercanía entre ambos se hizo aún más evidente y al ver como el mayor se acomodaba sobre él, sólo pudo sonreír de reojo, notando como este jugueteaba incontrolable con su oreja. Por otro lado el modo en que el jugueteo más intimo se llevaba a cabo, comenzaba a desbordarse y es que él sólo sentir su piel friccionarse de aquel impúdico modo a la contraria, lograba acelerar su respiración hasta límites casi obscenos, haciendo por demás evidente la candente añoranza por su compañero-.
Anda, ya deja los juegos... Tú y yo, estamos para mucho más que eso. -Fue su respuesta mientras sus manos se deslizaron por bajo la almohada que tenía en frente, dejando que sus dedos estrujasen las sabanas a la par que empujó con su trasero en función de la estocada que presionaba contra su ya humedecido y dilatado ojal. Su respiración aceleraba y a ratos se mezclaba con la ajena al voltear su rostro, rosando incluso sus labios a los de Enki por la cercanía inevitable de este y su mentón sobre el propio hombro... Volvió a presionar con su trasero para forzar la intromisión ajena, frunciendo el ceño y apretando los dientes, hasta que percibió como aquel duro glande se colaba por completo en la estrechez de aquella recamara. Exhaló no sólo algo más aliviado por haber sorteado lo más difícil, si no recobrando la respiración, mientras intentaba no moverse demasiado hasta que ya aquel inclemente ardor lograse abandonarle y se convirtiera en palpitaciones rebosantes de placer. Mordió el labio inferior del mayor entre sonrisas plagadas de complicidad, para luego succionarlo, degustando aquellos deliciosos besos que sólo podía encontrar con él~ Llevó entonces su diestra con cuidado hasta su propio trasero, palpando con sus dedos las venosidades sobresalientes en la erección ajena varada en la propia anatomía, notando que esta no había entrado por completo-. ¿Sabes algo? Me encanta que pierdas la paciencia, que no sepas de razones en algunos momentos... Así es como te amo. -Resopló sobre los labios de Enki, mientras los propios realizaban constantes caricias desde su mentón hasta los propios belfos, correspondiendo en forma amorosa a cada atención que su chico tenía para con él-.
De pronto aquella cercanía entre ambos se hizo aún más evidente y al ver como el mayor se acomodaba sobre él, sólo pudo sonreír de reojo, notando como este jugueteaba incontrolable con su oreja. Por otro lado el modo en que el jugueteo más intimo se llevaba a cabo, comenzaba a desbordarse y es que él sólo sentir su piel friccionarse de aquel impúdico modo a la contraria, lograba acelerar su respiración hasta límites casi obscenos, haciendo por demás evidente la candente añoranza por su compañero-.
Anda, ya deja los juegos... Tú y yo, estamos para mucho más que eso. -Fue su respuesta mientras sus manos se deslizaron por bajo la almohada que tenía en frente, dejando que sus dedos estrujasen las sabanas a la par que empujó con su trasero en función de la estocada que presionaba contra su ya humedecido y dilatado ojal. Su respiración aceleraba y a ratos se mezclaba con la ajena al voltear su rostro, rosando incluso sus labios a los de Enki por la cercanía inevitable de este y su mentón sobre el propio hombro... Volvió a presionar con su trasero para forzar la intromisión ajena, frunciendo el ceño y apretando los dientes, hasta que percibió como aquel duro glande se colaba por completo en la estrechez de aquella recamara. Exhaló no sólo algo más aliviado por haber sorteado lo más difícil, si no recobrando la respiración, mientras intentaba no moverse demasiado hasta que ya aquel inclemente ardor lograse abandonarle y se convirtiera en palpitaciones rebosantes de placer. Mordió el labio inferior del mayor entre sonrisas plagadas de complicidad, para luego succionarlo, degustando aquellos deliciosos besos que sólo podía encontrar con él~ Llevó entonces su diestra con cuidado hasta su propio trasero, palpando con sus dedos las venosidades sobresalientes en la erección ajena varada en la propia anatomía, notando que esta no había entrado por completo-. ¿Sabes algo? Me encanta que pierdas la paciencia, que no sepas de razones en algunos momentos... Así es como te amo. -Resopló sobre los labios de Enki, mientras los propios realizaban constantes caricias desde su mentón hasta los propios belfos, correspondiendo en forma amorosa a cada atención que su chico tenía para con él-.
Balih [ Ethan ]
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Re: [Privado/ Balih] You're my fortune cookie [+18]
-Los dedos de sus pies se movían inquietos, sus rodillas temblaban y la palma comenzaba a sudar paulatinamente. Los roces entre ambos cuerpos eran en demasía placenteros, perfectos, le daban el toque de locura que necesitaba para llegar al paraíso en menos de lo que canta un gallo. Acomodó cada palma sobre los hombros de Balih, para sujetarse mejor y no caer y aplastarle, tenía un nulo equilibrio y no deseaba arruinar el momento, en lo absoluto. Se quedó con la boca abierta, los ojos entrecerrados y la respiración hecha un relámpago, recibiendo gustoso las caricias y los besos que su pareja le brindaba, pero, para ser sinceros, esos toques no eran nada, absolutamente nada comparados con las caricias que el ano foráneo daba sobre su glande. Para su deleite el menor era astuto, más de lo que se podía imaginar cada que ambos terminaban en una cama. Apretó los dientes cuando la estrechez rodeó sin misericordia el pedazo de carne, procesando como inconscientemente aquel recto intentaba con todas sus fuerzas sacarlo de ahí, pero ya era demasiado tarde, Enki se había enterrado hasta la mitad y no tenía ni la más mínima intensión de separarse.
Los dedos se enterraron en sus hombros y cuando notó la palma ajena cerca de su pelvis, él solo atinó a alzar la cadera, intentando, en lo posible, traspasar aquel ano. Sus labios capturaron los ajenos y se dedicó plenamente a succionarlos, lamerlos, morderlos y mimarlos, como a él le gustaba. Su propia saliva se escurría por la comisura de sus labios, la respiración se mezclaba con la de su chico y sus rodillas comenzaban a temblar al no poder efectuar algún movimiento, tenía unas ganas tremendas de follarle y a ese paso no aguantaría mucho, ni él sabía de dónde sacaba autocontrol, no lo sabía, tampoco deseaba saberlo, solo lo deseaba a él y a nadie más. En ese momento, cuando Enki notó que la última porción de pensamientos coherentes se fueron en ese delicioso beso, se separó, pero no por completo. Seguía detrás de él, con las rodillas apegadas a la cama y el miembro enterrado casi por completo en el interior de su novio. Gruñó con ganas, se relamió los labios casi de forma vulgar y aprovechó la circunstancia para tomar la mano del contrario y dejarla sobre la coxis. El rostro bajó para poder divisar las nalgas y como su propio pene intentaba entrar más y más, una sonrisa divertida se dibujó en sus labios y con la mano libre le sujetó por la cadera, con una fuerza bastante brutal. Dio una, dos, tres y cuatro puntadas y para la quinta empujó lo suficiente la cadera propia para traspasar el esfínter por completo, enterrándose hasta que los huevos chocaron con su piel y así las nalgas con la pelvis. Restregó sus vellos púbicos contra él, solo porque le divertía y sosteniéndolo aún de la muñeca, se deslizó hacia afuera pero no salió, se quedó antes de sacar el glande para así, con una estocada por demás dura, volver a entrar hasta el fondo, escuchado el sonido de sus testículos chocar contra el perineo de su amor-. Mi… Mierda.- Eso fue lo único que dijo, conforme la mano que estaba en la cadera se movía hasta la división de las nalgas, intentando separar al menos una y así poder ver como su verga entraba, sí, tenía muchos fetiches, demasiados que no podría contarlos ni mucho menos realizarlos en una sesión-. Ya perdí la paciencia, te amo, joder.
Los dedos se enterraron en sus hombros y cuando notó la palma ajena cerca de su pelvis, él solo atinó a alzar la cadera, intentando, en lo posible, traspasar aquel ano. Sus labios capturaron los ajenos y se dedicó plenamente a succionarlos, lamerlos, morderlos y mimarlos, como a él le gustaba. Su propia saliva se escurría por la comisura de sus labios, la respiración se mezclaba con la de su chico y sus rodillas comenzaban a temblar al no poder efectuar algún movimiento, tenía unas ganas tremendas de follarle y a ese paso no aguantaría mucho, ni él sabía de dónde sacaba autocontrol, no lo sabía, tampoco deseaba saberlo, solo lo deseaba a él y a nadie más. En ese momento, cuando Enki notó que la última porción de pensamientos coherentes se fueron en ese delicioso beso, se separó, pero no por completo. Seguía detrás de él, con las rodillas apegadas a la cama y el miembro enterrado casi por completo en el interior de su novio. Gruñó con ganas, se relamió los labios casi de forma vulgar y aprovechó la circunstancia para tomar la mano del contrario y dejarla sobre la coxis. El rostro bajó para poder divisar las nalgas y como su propio pene intentaba entrar más y más, una sonrisa divertida se dibujó en sus labios y con la mano libre le sujetó por la cadera, con una fuerza bastante brutal. Dio una, dos, tres y cuatro puntadas y para la quinta empujó lo suficiente la cadera propia para traspasar el esfínter por completo, enterrándose hasta que los huevos chocaron con su piel y así las nalgas con la pelvis. Restregó sus vellos púbicos contra él, solo porque le divertía y sosteniéndolo aún de la muñeca, se deslizó hacia afuera pero no salió, se quedó antes de sacar el glande para así, con una estocada por demás dura, volver a entrar hasta el fondo, escuchado el sonido de sus testículos chocar contra el perineo de su amor-. Mi… Mierda.- Eso fue lo único que dijo, conforme la mano que estaba en la cadera se movía hasta la división de las nalgas, intentando separar al menos una y así poder ver como su verga entraba, sí, tenía muchos fetiches, demasiados que no podría contarlos ni mucho menos realizarlos en una sesión-. Ya perdí la paciencia, te amo, joder.
Enki
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Re: [Privado/ Balih] You're my fortune cookie [+18]
-Sabía muy bien la clase de perversiones que adoraba su amante, su todo y es que eran aquellas mismas perversiones las que hacían de él un animal en extinción y su complemento perfecto. Jamás había osado negárle algo ¿Y quien podría hacerlo? Si Enki tomaba de Balih cuanto quería y el menor sólo sabía darle más, pues jamás supo de entregar menos.
¿Ser sodomizado? Aquello estaba lejos de ser aquello, pues para Balih aquella clase de amor no cabía en estereotipos pues era mucho más viejo que cliché alguno en existencia... El muchacho sólo sonreía complacido, complacido en todos y cada particular aspecto de aquella estructurada escena, en la que su amante y el interpretaban un candente argumento, que a momentos parecía salirse de guión, dando rienda suela a los caprichos del director-. Ahhh!! Nhh -Exclamó cuando el mayor arremetió con lascivo impulso contra su anatomía, logrando arrancar más de un ahogado gemido, mientras sus dedos jalaron de las sábanas y desarreglando casi por completo aquella cama. Su respiración perdió la tranquilidad habitual por unos instantes, y dejó escapar un golpe de puño contra uno de los brazos del mayor, el cual si bien no fue propinado con el fin de hacer daño, fue dado a modo de correctivo hacia este, logrando que el arrepentimiento le invadiera en forma eficaz e inmediata al escuchar la frase "Te Amo". Intentó entonces incorporarse de rodillas y luego lentamente sin perder aquella cálida cercanía ya estando erguido, acomodando su posición de tal modo en que se hubo sentado sobre la pelvis del mayor, dejando absolutamente nada a la imaginación a la par que guió las expertas manos de su amado, acariciando concienzudamente desde sus muslos hasta su bajo abdomen, a la par que sus labios intentaban sofocar las flamas que el fénix provocaba en cada uno de aquellos deliciosos besos que sólo sus labios sabían corresponder-.
De verdad, no quiero salir de esta habitación... No dejes que salgamos, no lo hagas amor. -Susurró en forma sumamente suave mientras apenas daba espacio para que el mayor pudiera realizar un movimiento, pues prácticamente esa cercanía, su posición y la forma en que su turgente trasero se acoplaba a la anatomía ajena, impedían que este le estocase con una puñalada trapera.
Sus labio desbordaban, a momentos rodaban sobre la barbilla de su amante y disfrutaban de aquella sensación que provocaba en él, sentir su piel sin afeitar, para luego lamer en forma descarada sus labios, humedeciendo estos como si se tratase de una deliciosa fruta que sofocaba cualquier sed. Entonces lentamente y valiéndose de la amortiguación del colchón bajo ambos, comenzó a causar un pequeño "rebote" que lograba mover a ambos, insinuando una sutil movimiento de penetración que causaba agitados y casi mudos gemidos, que escapaban entre dientes, sintiendo como su cuerpo se tornaba más y más caliente al contacto ajeno, a aquel delicioso contacto que deseaba jamás llegara a termino alguno, como siempre le solía manifestar a aquel que era dueño de su ser por completo-. Fóllame boca sucia, fóllame como si te fueran a cortar el pito mañana!
¿Ser sodomizado? Aquello estaba lejos de ser aquello, pues para Balih aquella clase de amor no cabía en estereotipos pues era mucho más viejo que cliché alguno en existencia... El muchacho sólo sonreía complacido, complacido en todos y cada particular aspecto de aquella estructurada escena, en la que su amante y el interpretaban un candente argumento, que a momentos parecía salirse de guión, dando rienda suela a los caprichos del director-. Ahhh!! Nhh -Exclamó cuando el mayor arremetió con lascivo impulso contra su anatomía, logrando arrancar más de un ahogado gemido, mientras sus dedos jalaron de las sábanas y desarreglando casi por completo aquella cama. Su respiración perdió la tranquilidad habitual por unos instantes, y dejó escapar un golpe de puño contra uno de los brazos del mayor, el cual si bien no fue propinado con el fin de hacer daño, fue dado a modo de correctivo hacia este, logrando que el arrepentimiento le invadiera en forma eficaz e inmediata al escuchar la frase "Te Amo". Intentó entonces incorporarse de rodillas y luego lentamente sin perder aquella cálida cercanía ya estando erguido, acomodando su posición de tal modo en que se hubo sentado sobre la pelvis del mayor, dejando absolutamente nada a la imaginación a la par que guió las expertas manos de su amado, acariciando concienzudamente desde sus muslos hasta su bajo abdomen, a la par que sus labios intentaban sofocar las flamas que el fénix provocaba en cada uno de aquellos deliciosos besos que sólo sus labios sabían corresponder-.
De verdad, no quiero salir de esta habitación... No dejes que salgamos, no lo hagas amor. -Susurró en forma sumamente suave mientras apenas daba espacio para que el mayor pudiera realizar un movimiento, pues prácticamente esa cercanía, su posición y la forma en que su turgente trasero se acoplaba a la anatomía ajena, impedían que este le estocase con una puñalada trapera.
Sus labio desbordaban, a momentos rodaban sobre la barbilla de su amante y disfrutaban de aquella sensación que provocaba en él, sentir su piel sin afeitar, para luego lamer en forma descarada sus labios, humedeciendo estos como si se tratase de una deliciosa fruta que sofocaba cualquier sed. Entonces lentamente y valiéndose de la amortiguación del colchón bajo ambos, comenzó a causar un pequeño "rebote" que lograba mover a ambos, insinuando una sutil movimiento de penetración que causaba agitados y casi mudos gemidos, que escapaban entre dientes, sintiendo como su cuerpo se tornaba más y más caliente al contacto ajeno, a aquel delicioso contacto que deseaba jamás llegara a termino alguno, como siempre le solía manifestar a aquel que era dueño de su ser por completo-. Fóllame boca sucia, fóllame como si te fueran a cortar el pito mañana!
Balih [ Ethan ]
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Re: [Privado/ Balih] You're my fortune cookie [+18]
-Los quejidos, suspiros, la respiración agitada, el sudor, los sonidos que la cama hacía cada que su pelvis se alzaba, los vehículos que pasaban por afuera de aquel lugar, los pasos que lograba escuchar por las afueras de la habitación, todo, todo eso y mucho más le volvía loco, a tal punto que su propio pecho se alzaba y contraía a una velocidad casi inhumana, ya había perdido la paciencia, la coherencia e incluso la cohesión de sus propios pensamientos ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué? Aquellas preguntas se colaron en su cabeza en pocos segundos, Enki estaba hecho un lío y con suerte lograba reaccionar. El golpe que recibió fue el cable a tierra que logró que el Fénix lograra pensar con el cerebro y no otra cosa. Agitó la cabeza de un lado a otro, parpadeó, se relamió los labios y ahí procesó todo lo que ocurría, elevando las comisuras para sonreír y así volver a alzar la pelvis solo un poco más, casi nada, ya que las nuevas acciones de su menor le habían dejado completa y absolutamente inmovilizado, sumiso y con las manos acariciando todo de él. Ni tonto, ni mucho menos perezoso guío la diestra hasta el ombligo de Balih, el cual acarició con la yema de los dedos antes de comenzar a descender por su vientre hasta los vellos púbicos y finalmente su pene, el cual atrapó con los cinco dedos, presionó un poco y luego comenzó a masturbar, escuchando atento todas y cada una de las palabras del contrario, a las cuales solo sonrió, llegando incluso a mostrar los dientes-.
Eres un guarro, me encantas así… Mh. –Susurró al momento en que le tuvo bastante cerca para poder besar sus labios, con gula, ansias y deseos que se desbordaban como el sudor que caía por su sien izquierda. Gimió, soltó una risa nerviosa y con la mano libre le sujetó el hueso de la cadera, escuchando atentamente el sonido de sus pieles al chocar. Los segundos pasaban, Enki se desesperaba y la palma que se encontraba sobre los genitales del menor decidió ayudar a la otra para así sujetarle con los diez dedos por la cadera, empotrándole con ganas, soltando alaridos, gruñidos y quejidos roncos cerca del lóbulo del chico que tenía a su lado, o frente a él para ser literalmente exacto-. Te mueves tan bien… Casi lo había olvidado. –Fue su última acotación, con penetraciones constantes pero torpes por la posición en la que se encontraban. Ideas descabelladas pasaban por su cabeza, posiciones sexuales que le calentaban en demasía también pasaban por ahí, por eso decidió detener todo movimiento, llevar una extremidad hasta los glúteos foráneos, metiendo dos dedos entre sus nalgas para así tratar de salir de su cavidad por completo, hasta que lo logró, soltando un gemido de desesperación por la nueva atmósfera fría que rodeaba el tronco de su miembro. Relamió sus labios y dio dos pasos hacia atrás con las rodillas, se acomodó boca arriba sobre la cama, no sin antes dejar un beso en el hombro adverso y un golpecito en la nalga derecha. Enki se mordió el labio de forma vulgar, y con el índice y pulgar sujetó su propio falo por la base, para que este quedara hacia arriba y que no fuese tan difícil descifrar lo que deseaba hacer-. Mh… Ven ¿Quieres sentarte aquí, conmigo? –Lo último lo dijo en tono algo burlón, moviendo con los dedos el pene, como si este estuviese invitando a Balih a sentarse sobre el, con las hermosas nalgas que poseía-. Anda, ven rápido, me gusta mirarte cuándo lo hacemos. Rápido, rápido, rápido.
Eres un guarro, me encantas así… Mh. –Susurró al momento en que le tuvo bastante cerca para poder besar sus labios, con gula, ansias y deseos que se desbordaban como el sudor que caía por su sien izquierda. Gimió, soltó una risa nerviosa y con la mano libre le sujetó el hueso de la cadera, escuchando atentamente el sonido de sus pieles al chocar. Los segundos pasaban, Enki se desesperaba y la palma que se encontraba sobre los genitales del menor decidió ayudar a la otra para así sujetarle con los diez dedos por la cadera, empotrándole con ganas, soltando alaridos, gruñidos y quejidos roncos cerca del lóbulo del chico que tenía a su lado, o frente a él para ser literalmente exacto-. Te mueves tan bien… Casi lo había olvidado. –Fue su última acotación, con penetraciones constantes pero torpes por la posición en la que se encontraban. Ideas descabelladas pasaban por su cabeza, posiciones sexuales que le calentaban en demasía también pasaban por ahí, por eso decidió detener todo movimiento, llevar una extremidad hasta los glúteos foráneos, metiendo dos dedos entre sus nalgas para así tratar de salir de su cavidad por completo, hasta que lo logró, soltando un gemido de desesperación por la nueva atmósfera fría que rodeaba el tronco de su miembro. Relamió sus labios y dio dos pasos hacia atrás con las rodillas, se acomodó boca arriba sobre la cama, no sin antes dejar un beso en el hombro adverso y un golpecito en la nalga derecha. Enki se mordió el labio de forma vulgar, y con el índice y pulgar sujetó su propio falo por la base, para que este quedara hacia arriba y que no fuese tan difícil descifrar lo que deseaba hacer-. Mh… Ven ¿Quieres sentarte aquí, conmigo? –Lo último lo dijo en tono algo burlón, moviendo con los dedos el pene, como si este estuviese invitando a Balih a sentarse sobre el, con las hermosas nalgas que poseía-. Anda, ven rápido, me gusta mirarte cuándo lo hacemos. Rápido, rápido, rápido.
Enki
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Re: [Privado/ Balih] You're my fortune cookie [+18]
-No sabría con precisión definir el sentimiento que le embargaba cuando se encontraba con Enki, cuando dedicaban el tiempo a aquellos menesteres que les embebían de tal modo en que el mundo importaba un carajo durante algunas semanas~ Si, semanas. Y es que si el fénix debía reconocer algo, es que los vicios terrenales se le daban bastante bien, siendo el mayor de todos ellos su compañero... ¿Cómo no serlo? Desde el día en que volvió a nacer, jamás pudo apartarse de él, primero siendo Enki su protector y luego convirtiéndose en su eterno amante, aquella persona con quien estaría vinculado por el resto de sus existencias inmortales. Si lo pensaba en un modo bastante superficial, había contado con suerte pues Enki era bastante más de lo que Balih probablemente merecía pero su química y el modo en que lograban comprenderse, eliminaba cualquier pero en cuanto a su compatibilidad. ¿Quién más sería capaz de soportar a Balih y sus caprichos? Sabía que nadie más, por lo que también se preocupaba del mayor, se preocupaba de cuidarlo y consentirlo en cuanto podía pero también de reconfortarlo, haciéndolo saber que era Enki mismo quien debía hacerse cargo de ambos y quien siempre tenía la última palabra.
Tras unos cuantos minutos de pronto las embestidas cesaron en forma repentina y sintió el tacto del mayor soltar su miembro para ahora introducirse en su pequeña y aún palpitante entrada, permitiendo que la erección de mayor saliera por completo en forma casi inmediata, pero logrando que un grave gemido escapara desde los labios del menor, haciéndole caer sobre la cama al sentir como sus piernas temblaban y su cuerpo flaqueaba acabando por caer afirmado en sus antebrazos-.
Ahhhnngg ~
-Su respiración se encontraba acelerada y su corazón parecía que en cualquier minuto acabaría por saltar desde su boca~ Su cuerpo sudoroso y oliendo por completo a él, a Enki... A ese almizcle inconfundible con que lo marcaba en cada abrazo, cada beso o caricia. Se afirmó sobre la palma de sus manos para intentar incorporarse al momento en que escuchó al mayor y aquella petición, volteando a ver como este agitaba su pene en una irrechazable invitación ante la cual sólo pudo aproximarse esbozando una sonrisa de complicidad, para expresar esta a escasos centímetros de los labios ajenos, notando como su agitada respiración chocaba contra la opuesta mientras su mirada no podía escapar a los fulminantes orbes de Enki, aquellos hermosos orbes que eran los únicos capaz de ver su alma.
Sus muslos rosaron con suavidad los del castaño y desde sus labios dejó caer algo de espesa saliva sobre el glande de este, llevando dos dedos a embadurnar por completo su erección a la par que sus labios estrujaron el único inferior ajeno, acercando aún más sus muslos esta vez sobre los del mayor y así posar la palma de sus manos en los trabajados pectorales de su compañero, logrando que la gravedad actuase para que así Enki acabase por caer de espaldas sobre el colchón en compañía del menor-.
Si, rápido! rápido! rápido! Nhhh Ahhhh...
-Fue lo único que infirió al momento exacto en que llevó su diestra con suavidad por el costado del mayor, pasando por su pelvis hasta que perfiló la fálica anatomía entre sus dedos, guiando esta contra aquel ya enrojecido y palpitante botón que le esperaba nuevamente para tomar este a saciedad. Apretó apenas sus ojos al momento en que incluso dejó caer parte de su peso para que la primera estocada fuese más rápida, sintiendo como si le partiera en dos cuando por casualidad y de forma algo brusca el duro y contorneado glande se coló de imprevisto en la anatomía del menor, acabando por derrumbarse sobre los brazos de su chico exhausto pero a la vez aún sediento de más-.
Hazlo brusco, yo se que me quieres ver gimotear y casi llorar~ Anda mi amor, hazlo.
-Susurró sobre los labios del mayor, mientras llevó ambas manos de este hasta su turgente trasero para que pudiera acariciarlo a placer y tuviera la capacidad de controlar los golpes de cadera con la fuerza que el estimase conveniente-.
Tras unos cuantos minutos de pronto las embestidas cesaron en forma repentina y sintió el tacto del mayor soltar su miembro para ahora introducirse en su pequeña y aún palpitante entrada, permitiendo que la erección de mayor saliera por completo en forma casi inmediata, pero logrando que un grave gemido escapara desde los labios del menor, haciéndole caer sobre la cama al sentir como sus piernas temblaban y su cuerpo flaqueaba acabando por caer afirmado en sus antebrazos-.
Ahhhnngg ~
-Su respiración se encontraba acelerada y su corazón parecía que en cualquier minuto acabaría por saltar desde su boca~ Su cuerpo sudoroso y oliendo por completo a él, a Enki... A ese almizcle inconfundible con que lo marcaba en cada abrazo, cada beso o caricia. Se afirmó sobre la palma de sus manos para intentar incorporarse al momento en que escuchó al mayor y aquella petición, volteando a ver como este agitaba su pene en una irrechazable invitación ante la cual sólo pudo aproximarse esbozando una sonrisa de complicidad, para expresar esta a escasos centímetros de los labios ajenos, notando como su agitada respiración chocaba contra la opuesta mientras su mirada no podía escapar a los fulminantes orbes de Enki, aquellos hermosos orbes que eran los únicos capaz de ver su alma.
Sus muslos rosaron con suavidad los del castaño y desde sus labios dejó caer algo de espesa saliva sobre el glande de este, llevando dos dedos a embadurnar por completo su erección a la par que sus labios estrujaron el único inferior ajeno, acercando aún más sus muslos esta vez sobre los del mayor y así posar la palma de sus manos en los trabajados pectorales de su compañero, logrando que la gravedad actuase para que así Enki acabase por caer de espaldas sobre el colchón en compañía del menor-.
Si, rápido! rápido! rápido! Nhhh Ahhhh...
-Fue lo único que infirió al momento exacto en que llevó su diestra con suavidad por el costado del mayor, pasando por su pelvis hasta que perfiló la fálica anatomía entre sus dedos, guiando esta contra aquel ya enrojecido y palpitante botón que le esperaba nuevamente para tomar este a saciedad. Apretó apenas sus ojos al momento en que incluso dejó caer parte de su peso para que la primera estocada fuese más rápida, sintiendo como si le partiera en dos cuando por casualidad y de forma algo brusca el duro y contorneado glande se coló de imprevisto en la anatomía del menor, acabando por derrumbarse sobre los brazos de su chico exhausto pero a la vez aún sediento de más-.
Hazlo brusco, yo se que me quieres ver gimotear y casi llorar~ Anda mi amor, hazlo.
-Susurró sobre los labios del mayor, mientras llevó ambas manos de este hasta su turgente trasero para que pudiera acariciarlo a placer y tuviera la capacidad de controlar los golpes de cadera con la fuerza que el estimase conveniente-.
Balih [ Ethan ]
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Re: [Privado/ Balih] You're my fortune cookie [+18]
Sus labios estaban tan secos como las hojas de un árbol en otoño, su cuerpo iba más allá de los cuarenta grados y la frialdad de las sabanas no ayudaba en lo absoluto. Enki solo lograba mirar su propio enrojecido y palpitante falo el cual apuntaba hacia el techo y también a su chico, en intervalos torpes, lentos pero seguros, gustaba de admirar las facciones de él, pero también gustaba de observarse el pene a veces, como todo hombre, aunque hablar de eso a esas alturas, ya estaba demás. Se quedó así, boca arriba, sudado y jadeante por varios segundos, también pensativo y curioso, algo realmente raro en él… Pero la disyuntiva que rondaba por su cabeza era bastante fuerte, más bien, le provocaba morbo y más ganas de querer follarse a aquel chico. ¿Alguien nos habrá escuchado ya? Pensó un Enki, a ojos cerrados, esperando a por más sensaciones que solo el otro fénix podía regalarle.
Saliva pasó con dificultad por su garganta, sus ojos analizaron la figura que también estaba en la cama y antes de que él pudiese hacer algo al respecto, Balih le atacó, de la mejor forma en que sabía hacerlo. Sus acciones, mejor dicho, aquella saliva sobre la punta de su envergadura no había provocado más que gemidos, jadeos y un movimiento de espalda bastante notorio, sí, Enki era bastante sensible en esa zona, más cuando las acciones eran realizadas por la persona quien más amaba en el mundo, incluso más que a sí mismo. Gruñó muy bajo el nombre de su pareja y se mantuvo con los ojos entrecerrados, disfrutando cada contacto y cada segundo que podía pasar junto a él
Se mordió el labio inferior, al escuchar sus palabras, pero sus acciones le llevaron hasta el limbo mismo y ahí comenzó nuevamente su odisea para salir con vida de aquella cama, cosa que creía imposible. Miró a su chico con una sonrisa, llevó sus manos hasta las caderas de este cuando quedó encima y alzó un poco sus pectorales para que pudiese sujetarse bien. Uno, dos, tres, cuatro segundos pasaron y Balih se acomodó, de tal forma que la punta de su glande quedó rozando el delicado conducto anal, el que poco a poco le llevaría a la gloria, a una sensación más emocionante que volar y que solo podía disfrutar un par de segundos, los más placenteros de su vida y se multiplicaban por dos si se realizaban con él. Todos y cada uno de los músculos de su cuerpo se tensaron, sin imaginarlo su polla ya estaba en el interior de su novio y la estrechez volvía a saludarle, como una vieja amiga. La sonrisa no desaparecía, menos con sus palabras que iban y venían como el viento, lo pegajoso de ambos cuerpos también le resultaba excitante, la mezcla de olores, sonidos y sensaciones era la mejor que había experimentado en sus largos años de vida, podría arriesgarse y decir que ese era el mejor polvo que había tenido hasta ahora y no mentía.
Buscó sus labios y sin decir nada comenzó a moverse, sus palmas se aferraron a las nalgas de él, sus labios mordisquearon los ajenos con gula, su pecho presionó el ajeno y sus testículos subían y bajaba cada que Enki llegaba al fondo del recto y volvía al principio, en un vaivén poco alocado por ahora. Con las yemas acarició sus redondas nalgas, las apretujó y manoseó a su antojo, paseando también sus propios dedos por su tronco, intentando empujar un poco más el falo, para que entrase por completo. La diestra subió y presionó la espalda baja de Balih, para que la curvatura que tanto le calentaba volviese. Con la mano restante le arañó el culo, desde el interior de la nalga hasta llegar a su cadera, subir por sus costillas, colarse entre ambos cuerpos y mientras seguía besándole tomar el pene que rebotaba ahí, el de su chico, con los cinco dedos. Lo primero que hizo fue jalar el prepucio hacia atrás, acariciar el glande con la yema y en nada comenzar a masturbarlo, mientras, la mano hermana abrazaba la espalda baja del chico para que este no se alejase de él, menos con los rebotes que él mismo daba para poder entrar un poco más.
Con sus piernas pateó la almohada que su chiquillo había usado como soporte en la posición anterior, también revoloteó con las sabanas y logró dejar todo eso en el suelo, o eso creía. Sus palpitantes labios comenzaron a regalar una línea de besos por la húmeda comisura izquierda hasta llegar a su mejilla, subir a su sien y terminar en su oreja, la que mordió, muy suave- Ahg… Me encantas, pero me encantarías más su comienzas a saltar. –Comentó en un susurro sobre su oído, en forma de jadeo, sin detener la mano que se colaba entre ambos torsos y masturbaba a un delicioso fénix- Muévete… -Volvió a comentar y bajó de nuevo hasta sus labios, quería besarle otra vez y además, también bajó la mano con la que le sostenía desde la espalda, a su culo, para nalgearlo, por costumbre- Mhg…
Saliva pasó con dificultad por su garganta, sus ojos analizaron la figura que también estaba en la cama y antes de que él pudiese hacer algo al respecto, Balih le atacó, de la mejor forma en que sabía hacerlo. Sus acciones, mejor dicho, aquella saliva sobre la punta de su envergadura no había provocado más que gemidos, jadeos y un movimiento de espalda bastante notorio, sí, Enki era bastante sensible en esa zona, más cuando las acciones eran realizadas por la persona quien más amaba en el mundo, incluso más que a sí mismo. Gruñó muy bajo el nombre de su pareja y se mantuvo con los ojos entrecerrados, disfrutando cada contacto y cada segundo que podía pasar junto a él
Se mordió el labio inferior, al escuchar sus palabras, pero sus acciones le llevaron hasta el limbo mismo y ahí comenzó nuevamente su odisea para salir con vida de aquella cama, cosa que creía imposible. Miró a su chico con una sonrisa, llevó sus manos hasta las caderas de este cuando quedó encima y alzó un poco sus pectorales para que pudiese sujetarse bien. Uno, dos, tres, cuatro segundos pasaron y Balih se acomodó, de tal forma que la punta de su glande quedó rozando el delicado conducto anal, el que poco a poco le llevaría a la gloria, a una sensación más emocionante que volar y que solo podía disfrutar un par de segundos, los más placenteros de su vida y se multiplicaban por dos si se realizaban con él. Todos y cada uno de los músculos de su cuerpo se tensaron, sin imaginarlo su polla ya estaba en el interior de su novio y la estrechez volvía a saludarle, como una vieja amiga. La sonrisa no desaparecía, menos con sus palabras que iban y venían como el viento, lo pegajoso de ambos cuerpos también le resultaba excitante, la mezcla de olores, sonidos y sensaciones era la mejor que había experimentado en sus largos años de vida, podría arriesgarse y decir que ese era el mejor polvo que había tenido hasta ahora y no mentía.
Buscó sus labios y sin decir nada comenzó a moverse, sus palmas se aferraron a las nalgas de él, sus labios mordisquearon los ajenos con gula, su pecho presionó el ajeno y sus testículos subían y bajaba cada que Enki llegaba al fondo del recto y volvía al principio, en un vaivén poco alocado por ahora. Con las yemas acarició sus redondas nalgas, las apretujó y manoseó a su antojo, paseando también sus propios dedos por su tronco, intentando empujar un poco más el falo, para que entrase por completo. La diestra subió y presionó la espalda baja de Balih, para que la curvatura que tanto le calentaba volviese. Con la mano restante le arañó el culo, desde el interior de la nalga hasta llegar a su cadera, subir por sus costillas, colarse entre ambos cuerpos y mientras seguía besándole tomar el pene que rebotaba ahí, el de su chico, con los cinco dedos. Lo primero que hizo fue jalar el prepucio hacia atrás, acariciar el glande con la yema y en nada comenzar a masturbarlo, mientras, la mano hermana abrazaba la espalda baja del chico para que este no se alejase de él, menos con los rebotes que él mismo daba para poder entrar un poco más.
Con sus piernas pateó la almohada que su chiquillo había usado como soporte en la posición anterior, también revoloteó con las sabanas y logró dejar todo eso en el suelo, o eso creía. Sus palpitantes labios comenzaron a regalar una línea de besos por la húmeda comisura izquierda hasta llegar a su mejilla, subir a su sien y terminar en su oreja, la que mordió, muy suave- Ahg… Me encantas, pero me encantarías más su comienzas a saltar. –Comentó en un susurro sobre su oído, en forma de jadeo, sin detener la mano que se colaba entre ambos torsos y masturbaba a un delicioso fénix- Muévete… -Volvió a comentar y bajó de nuevo hasta sus labios, quería besarle otra vez y además, también bajó la mano con la que le sostenía desde la espalda, a su culo, para nalgearlo, por costumbre- Mhg…
Enki
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Re: [Privado/ Balih] You're my fortune cookie [+18]
-Siempre en todo lugar al que iban acababan así, desnudos y fornicando como si se tratara de un irrefrenable deseo ¿A quién podía culpar? Si cuando tenía cerca a Enki, no podía controlarse pese a que lo intentara y aquello siempre había sido algo para lo que no tenía una explicación cuerda. Lo conocía prácticamente desde toda vida y lo amaba más que a si mismo, algo muy difícil para un ser como un fénix que siempre se pondrá a si mismo ante los demás~ Pero lo amaba de ese modo inexplicable y loco, que no tenía horario ni cabía en la dinámica del amor humano. No necesitaba que nadie más entendiera aquello, sólo Enki y él... ¿Para qué los demás? Si con el paso de los años desaparecerían y ellos aún seguirían ahí, dominados por esa pasión desenfrenada y destinados a repetir hasta el final de los tiempos su amor.
A momentos Balih se dejaba consumir por sus pensamientos, pero al momento en que volvía a sentir la piel ajena, las manos de Enki quemando su cuerpo~ Regresaba a la realidad, aquella dulce realidad de la que anhelaba no despertar y la que ambos convertían en un dulce sueño de nunca acabar. Los arañazos y besos de su compañero acabaron por devolverlo en si luego de un breve lapsus.
Sus manos se posaron en los músculos del bajo abdomen contrario, deslizándose con suavidad mientras se sostenía y ante la petición contraria no oponía objeción, siendo cosa de segundos para que sus movimientos ondulantes sobre la pelvis del mayor, comenzaran a profundizar la penetración mientras podía sentir como el vello púbico de este se restregaba contra su entrada cada tanto. Era simplemente delicioso sentir como Enki lo llenaba por completo, no sólo físicamente al haber convertido al pequeño fénix en un pavo relleno con su enorme verga, si no como su cómplice y la mitad de su vida-.
¿Así? Mgh Nhh... Más fuerte Nghh más fuerte!
-Vociferó el menor exigiendo que Enki se moviera más duro bajo él, con aquella rudeza que acostumbraba dejarle el culo adolorido y la libido por las nubes cada vez que estaban juntos. El mayor era despiadado y las nalgadas era algo que disfrutaba, algo que siempre Balih terminaba por pedirle entre juegos como cuando adoptaban ciertas temáticas y el profesor aleccionaba a su caprichoso alumno... Así era Balih, un chico caprichoso que necesitaba constantemente ser aleccionado por su mayor, quien no dudaba en nalguearlo o en impartir disciplina para que su mimado compañero lo necesitara cada día más y más.
Sus dedos lentamente fueron hasta el pecho del contrario y lentamente dejó que sus uñas se marcaran, arrastrando sus dedos en forma muy suave provocando efímeros arañazos que se borraban tras unos breves instantes... Le encantaba jugar de ese modo, que su tacto recorriera por completo la anatomía contraria en forma incansable una y otra vez.
Sus ojos no se quitaban de los contrarios y es que era imposible desviar la mirada ¿Cómo hacerlo? Si algo tan íntimo resultaba tan delicioso, un acto de tanta complicidad que involucraba algo tan simple como los instintos más básicos de dos seres que se convertían en uno solo.
Balih simplemente se acercó hacia los labios del mayor, aún cabalgando a este como si en verdad se tratara de un semental...-.
Yo te amo...
A momentos Balih se dejaba consumir por sus pensamientos, pero al momento en que volvía a sentir la piel ajena, las manos de Enki quemando su cuerpo~ Regresaba a la realidad, aquella dulce realidad de la que anhelaba no despertar y la que ambos convertían en un dulce sueño de nunca acabar. Los arañazos y besos de su compañero acabaron por devolverlo en si luego de un breve lapsus.
Sus manos se posaron en los músculos del bajo abdomen contrario, deslizándose con suavidad mientras se sostenía y ante la petición contraria no oponía objeción, siendo cosa de segundos para que sus movimientos ondulantes sobre la pelvis del mayor, comenzaran a profundizar la penetración mientras podía sentir como el vello púbico de este se restregaba contra su entrada cada tanto. Era simplemente delicioso sentir como Enki lo llenaba por completo, no sólo físicamente al haber convertido al pequeño fénix en un pavo relleno con su enorme verga, si no como su cómplice y la mitad de su vida-.
¿Así? Mgh Nhh... Más fuerte Nghh más fuerte!
-Vociferó el menor exigiendo que Enki se moviera más duro bajo él, con aquella rudeza que acostumbraba dejarle el culo adolorido y la libido por las nubes cada vez que estaban juntos. El mayor era despiadado y las nalgadas era algo que disfrutaba, algo que siempre Balih terminaba por pedirle entre juegos como cuando adoptaban ciertas temáticas y el profesor aleccionaba a su caprichoso alumno... Así era Balih, un chico caprichoso que necesitaba constantemente ser aleccionado por su mayor, quien no dudaba en nalguearlo o en impartir disciplina para que su mimado compañero lo necesitara cada día más y más.
Sus dedos lentamente fueron hasta el pecho del contrario y lentamente dejó que sus uñas se marcaran, arrastrando sus dedos en forma muy suave provocando efímeros arañazos que se borraban tras unos breves instantes... Le encantaba jugar de ese modo, que su tacto recorriera por completo la anatomía contraria en forma incansable una y otra vez.
Sus ojos no se quitaban de los contrarios y es que era imposible desviar la mirada ¿Cómo hacerlo? Si algo tan íntimo resultaba tan delicioso, un acto de tanta complicidad que involucraba algo tan simple como los instintos más básicos de dos seres que se convertían en uno solo.
Balih simplemente se acercó hacia los labios del mayor, aún cabalgando a este como si en verdad se tratara de un semental...-.
Yo te amo...
Balih [ Ethan ]
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Re: [Privado/ Balih] You're my fortune cookie [+18]
Así, justo así… -Murmuró un sudado fénix, con la respiración entrecortada y la verga más palpitante que su propio pulso. Sus propios gestos le delataban de lo caliente que estaba, su arrugada nariz demostraba lo estrecho que su novio podía ser y sus labios abiertos eran un claro ejemplo de que el menor era un experto en la cama, un chico que en poco y nada ya le tenía todo sudado, sin aliento y con los labios palpitantes y adoloridos. Las suaves nalgas adyacentes le ponían a mil, el simple hecho de poder rozarse contra ellas ya era una completa delicia, una que no iba a compartir con nadie, ni con su propia sombra. Alzó las comisuras, de modo que sus encías y dientes se modelaron al rostro del chico que tenía cabalgándole la polla, como un experto. Tragó saliva y se dispuso a hablar, con intervalos de tiempo pues el aire se le iba y no deseaba joder el momento- ¿Más rápido? Sí, más rápido… Te voy a reventar, Balih, mi amor… Tendré que matarte luego para que no quedes con secuelas.
Luego de hablar, Enki sintió los arañazos que le llevaron a la gloria, lograron que de sus labios saliera un gemido de tomo y lomo y que su cuerpo se apoyase solo en sus omóplatos, marcando sus clavículas, pectorales, abdominales, oblicuos e incluso sus costillas. Gruñó por lo bajó, le miró por entre sus pestañas pues tenía los ojos entrecerrados y él, queriendo vengarse, enterró sus uñas en los huesos de la cadera adyacente, alzando la pelvis para que la penetración fuese potente, a tal punto que su verga dolió por la forma en que su prepucio se fue hacia atrás. Su perineo palpitó, lo que le indicó que ya estaba cerca de eyacular, pero no quería, por nada en el mundo, deseaba seguir ahí dentro, empalarle hasta morir. El preseminal le ayudaba a deslizarse con astucia, velocidad y brutalidad, jadeando, sin dejar de mirarlo, comiéndole la boca cuando tuvo la oportunidad, mordisqueándole los labios y golpeando el paladar con el ápice de su propia lengua, mezclando salivas y suspiros, Balih lo iba a volver loco, si es que no lo estaba ya.
En un acto desesperado se levantó, hasta quedar sentado sobre el colchón. Con ambas palmas atrapó el trasero del menor, solo por precaución para que su propio pene no saliera de aquella cavidad. Le afirmó con fuerza, de modo que su sudado pecho quedó frente al ajeno y su mojado rostro apoyado en el hombro del menor. Con ayuda de sus piernas se arrastró por el lugar, deslizando su propio trasero por las sabanas hasta que su espalda dio contra la fría pared y ahí se afirmó, aún con el fénix encima- Ah… Tan rico que eres, mh… Te amo más-Murmuró, con un camino de babosos besos que en poco y nada llegaron a los labios adyacentes, los cuales besó sin problema, todo eso mientras le sujetaba las nalgas y alzaba la pelvis para poder penetrarle, aunque la mayor parte del trabajo se lo llevaba su compañero. Podía sentir la erección de Balih sobre sus propios abdominales, como se frotaba cada que el chico se movía, era delicioso. Jadeó, intentó morderle con fuerza el labio inferior y con ambas manos comenzó a arañarle la espalda, con la misma intensidad que él había arañado su pecho, pero Enki se encargaría de dejar líneas rojas más notorias y de forma horizontal sobre su espina dorsal- Ahg… Tócate para mi… -Murmuró, sintiendo como su espalda se restregaba contra la pared y su pecho contra el ajeno, la fricción era deliciosa- Uhm…Me tienes tan caliente, ahg.
Luego de hablar, Enki sintió los arañazos que le llevaron a la gloria, lograron que de sus labios saliera un gemido de tomo y lomo y que su cuerpo se apoyase solo en sus omóplatos, marcando sus clavículas, pectorales, abdominales, oblicuos e incluso sus costillas. Gruñó por lo bajó, le miró por entre sus pestañas pues tenía los ojos entrecerrados y él, queriendo vengarse, enterró sus uñas en los huesos de la cadera adyacente, alzando la pelvis para que la penetración fuese potente, a tal punto que su verga dolió por la forma en que su prepucio se fue hacia atrás. Su perineo palpitó, lo que le indicó que ya estaba cerca de eyacular, pero no quería, por nada en el mundo, deseaba seguir ahí dentro, empalarle hasta morir. El preseminal le ayudaba a deslizarse con astucia, velocidad y brutalidad, jadeando, sin dejar de mirarlo, comiéndole la boca cuando tuvo la oportunidad, mordisqueándole los labios y golpeando el paladar con el ápice de su propia lengua, mezclando salivas y suspiros, Balih lo iba a volver loco, si es que no lo estaba ya.
En un acto desesperado se levantó, hasta quedar sentado sobre el colchón. Con ambas palmas atrapó el trasero del menor, solo por precaución para que su propio pene no saliera de aquella cavidad. Le afirmó con fuerza, de modo que su sudado pecho quedó frente al ajeno y su mojado rostro apoyado en el hombro del menor. Con ayuda de sus piernas se arrastró por el lugar, deslizando su propio trasero por las sabanas hasta que su espalda dio contra la fría pared y ahí se afirmó, aún con el fénix encima- Ah… Tan rico que eres, mh… Te amo más-Murmuró, con un camino de babosos besos que en poco y nada llegaron a los labios adyacentes, los cuales besó sin problema, todo eso mientras le sujetaba las nalgas y alzaba la pelvis para poder penetrarle, aunque la mayor parte del trabajo se lo llevaba su compañero. Podía sentir la erección de Balih sobre sus propios abdominales, como se frotaba cada que el chico se movía, era delicioso. Jadeó, intentó morderle con fuerza el labio inferior y con ambas manos comenzó a arañarle la espalda, con la misma intensidad que él había arañado su pecho, pero Enki se encargaría de dejar líneas rojas más notorias y de forma horizontal sobre su espina dorsal- Ahg… Tócate para mi… -Murmuró, sintiendo como su espalda se restregaba contra la pared y su pecho contra el ajeno, la fricción era deliciosa- Uhm…Me tienes tan caliente, ahg.
Enki
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