BIENVENIDO
EMPLAZAMIENTO Y SITUACIÓN
Rusia, Moscú~ Año 2014. Desde la antigüedad los humanos han convivido con seres sobrenaturales, sin saber de la existencia de estos. Dichos seres han sido llamados desde antaño como "Otros" (Иные). Entre estos mismos existen enormes diferencias, que parecen acentuarse aún más con el paso de los siglos, separándose en variadas razas que poco a poco algunos hombres iluminados pudieron comenzar a identificar, dejando testimonio de esto en antiguos manuscritos. Los llamados otros mantuvieron durante centurias una tregua, con la cual prometían jamás mostrarse ante un humano en su forma real, y aunque siempre hubieron ocasiones en que un otro rompía la tregua por motivos de fuerza mayor~ Hoy en día muchos han decidido romper la tregua en beneficio propio, poniendo en peligro a toda su raza y abriendo los ojos de la humanidad. Este es el juego de las apariencias y muchas veces engañan ¿Serás capaz de confiar?.
ADMINISTRACIÓN
SOBRE LA ADMINISTRACIÓN
La administración sólo responderá mensajes referentes al funcionamiento del foro y posibles fallos técnicos de este, como la imposibilidad de acceder a una cuenta o peticiones para dar de baja una. Las dudas referentes a cada raza deben ser tratadas directamente con el moderador de cada una de ellas o ser expuestas en la zona de dudas y sugerencias, en donde serán resueltas lo más pronto posible. Del mismo modo las denuncias deben ser antes expuestas al moderador correspondiente, para que este nos la haga llegar previo desglose y análisis si esta lo amerita.
ÚLTIMOS TEMAS
Últimos temas
Conectarse
GRUPOS
CAMBIA FORMAS DE ORIENTE
CAMBIA FORMAS DE OCCIDENTE
PREDADORES
HUESTES CELESTIALES
EL PACTO
CAMBIA FORMAS MEDIEVALES
CAMBIA FORMAS DEL ÁFRICA
Mi mayor regalo eres tú |Privado|Allyssé|
Página 1 de 1. • Comparte
Mi mayor regalo eres tú |Privado|Allyssé|
De camino a casa, Edgar estuvo pensando en varias cosas, una de ellas era en el coche que había comprado, un Land rover rojo espacioso y de gran utilidad, ya que si la chica iba a estar con él otro mes, debía de llevarla al hospital con algo que no fuera su moto o la mataría de frío. Otra era la tabla de surf que llevaba en el techo de su land rover, no, no era para él, era para Allyssé, porque la vió y le resulto imposible no comprarla. Otra cosa, era también los sentimientos tan extraños que estaban agolpados en su pecho, no podía dejar de pensar en Allyssé, no podía evitar sonreír cuando lo hacía y, además, notaba que sus mejillas ardían, algo que nunca le había ocurrido, bueno... nunca... salvo con una mujer, pero ella ya no existía, era ya parte de un doloroso recuerdo para Edgar. Pero la última cosa en la que pensaba, se trataba de hoy, que era su cumpleaños, tenía como de costumbre una pequeña magdalena con una vela esperando en su hogar, siempre había celebrado su cumpleaños sólo, sin embargo traía en el asiento coopiloto, una bolsita con cupkakes para la chica ya que era probable que lo viera y le reprochara que no le hubiera contado de su cumpleaños, aunque Edgar tampoco es que fuese muy hablador.
Suspiró mientras pensaba en todo aquello y, lo cierto era que se le había pasado muy rápido el viaje, era extraño saber que tenía 701 años, cosa que no le había comentado a Allyssé, pero, supuso que mentiría diciendole que tenía 27 años o 28, no podía decirle la verdad, no se arriesgaría a perderle, no a ella. Algo que le hacía recuestionarse los sentimientos que tenía por ella, aparcó en la entrada de la mansión, y salió del vehículo, exponiéndose al frío invernal que azotaba en ese momento, tomó la bolsa de cupcakes y desató la tabla de surf, además, probablemente le preguntaría la joven para que quería en Rusia una tabla de surf, pues, si todo salía como pensaba, cuando le confesase lo que sentía por ella (aunque tenía pensado hacerlo dentro de un tiempo) probablemente le regalaría un viaje a Hawai, sinceramente el no sabía porqué hacía todo aquello, simplemente lo hacía, como pudo, abrió la gran puerta y entró en la casa.- ¡Ally! ¡Ya estoy aquí!Tengo algo para ti... - llamó a la chica con una pequeña sonrisa.
Suspiró mientras pensaba en todo aquello y, lo cierto era que se le había pasado muy rápido el viaje, era extraño saber que tenía 701 años, cosa que no le había comentado a Allyssé, pero, supuso que mentiría diciendole que tenía 27 años o 28, no podía decirle la verdad, no se arriesgaría a perderle, no a ella. Algo que le hacía recuestionarse los sentimientos que tenía por ella, aparcó en la entrada de la mansión, y salió del vehículo, exponiéndose al frío invernal que azotaba en ese momento, tomó la bolsa de cupcakes y desató la tabla de surf, además, probablemente le preguntaría la joven para que quería en Rusia una tabla de surf, pues, si todo salía como pensaba, cuando le confesase lo que sentía por ella (aunque tenía pensado hacerlo dentro de un tiempo) probablemente le regalaría un viaje a Hawai, sinceramente el no sabía porqué hacía todo aquello, simplemente lo hacía, como pudo, abrió la gran puerta y entró en la casa.- ¡Ally! ¡Ya estoy aquí!Tengo algo para ti... - llamó a la chica con una pequeña sonrisa.
- Coche:
- Tabla :
Invitado
IIIIIIIVV
Invitado
Re: Mi mayor regalo eres tú |Privado|Allyssé|
— Buenos días, señorita Allyssé, le he traído el desayuno.
Murmuró una de las empleadas que trabajaba en aquella mansión. Corrió las cortinas de dicha recámara con suavidad, al tiempo en que abría los ventanales, permitiendo que la suave luz del sol de invierno penetrara hacia el interior de la habitación, acercándose luego a la menor que yacía medio dormida sobre la cama. Se recargó suavemente para de ese modo observar aquella especie de bota de piel que cubría el yeso de la contraria, sonriendo.
— Ha mejorado bastante, señorita Allyssé. Es un bonito día, debería aprovechar de dar un paseo antes que el Amo Edgar este de regreso. —Ante aquellas palabras la menor alzó su pecho, algo curiosa. La noche anterior, durante la cena, el mayor le había dicho que saldría fuera de la ciudad por un asunto de trabajo, y que volvería durante la tarde, por lo que ella se encontraría sola durante el día, acompañada claro de las mujeres que atendían la mansión, y a quiénes supo ganar su cariño y empatía.
— ¿Salió muy temprano? ¿sabes si él desayunó apropiadamente, Anna? —Le preguntó en un susurro, antes de sentarse con cuidado sobre el colchón de la cama, para así caminar con cuidado rumbo al cuarto de baño, claramente arrastrando suave su bota a través del piso de cerámica.
— El amo salió muy temprano, hace unas cuatro o cinco horas. Si, Marie se encargó de que él tomara el desayuno antes de salir, señorita. —Anna siguió a la menor, haciendo guardia en caso de que ella lo necesitara. — El amo ha cambiado, señorita Allyssé…hace mucho que no le veíamos así de animado…y creo que se debe a su presencia aquí.
— ¿A mi presencia aquí? —Comentó en cuanto salió de aquel pequeño cuarto, cambiándose de inmediato de ropa, escogiendo un cómodo atuendo otoñal, puesto que el invierno lentamente comenzaba a abandonar Rusia. Anna le ayudó a volver a la cama, sirviéndole el desayuno que constaba de una taza de té con limón (tal como a ella le gustaba) un par de tostadas con mantequilla y un bowl con fruta picada. La menor agradeció el gesto, y fue así como hizo abandono de su ahora cuarto, caminando lentamente hacia el vestíbulo.
Era normal que no llegaran visitas a la casa de este, debido a que él vivía solo y no tenía familares, a diferencia de ella que sí los tenía, pero en otro continente. Se detuvo al llegar a la cómoda mecedora de la sala de estar, sentándose en esa con cuidado, tomando una de las revistas de modas que allí habían, preocupada por la salida del mayor. Generalmente pasaban todo el día juntos, él y ella, hablando acerca de asuntos cotidianos, música, viajes, algo que los mantenía unidos mientras transcurrían los días. En un mes ella dejaría aquella espectacular mansión, y seguramente ya no vería tanto al mayor como frecuentaba, y eso le preocupó.
— Señorita, no sé si usted lo sabía, pero hoy es el cumpleaños del Amo Edgar.
Al oír las palabras de Marie, otra de las mujeres que allí trabajaban, el rostro de Allyssé pareció deformarse, ¿él estaba de cumpleaños ese día? Sintió que no podría salir de compras en su estado actual, ya que por suerte era capaz de recorrer las cercanías a pie, menos llegaría al centro de la ciudad sola.
— ¿Han preparado algo para Edgar? Es imperioso…debemos celebrarlo.
— El Amo jamás ha celebrado sus cumpleaños, señorita Allyssé…—¿Por qué el mayor no celebraba sus aniversarios? Allí había algo realmente extraño que la sirena no pudo dejar pasar. Pensó en otra alternativa.
— Marie, podríamos preparar una cena especial, sin que él lo sepa. Algo simple, sabemos que el Amo es bastante sencillo en ese aspecto y no le gustan mucho las fiestas…—Acotó, colocándose de pie para dirigirse a la cocina, pensando detenidamente en el menú para aquella noche.
Horas más tarde (y ya en completo acuerdo con ambas empleadas) la menor se encontraba expectante a la llegada del mayor, puesto que desconocía por completo a qué hora llegaría a casa, pero su inquietud desapareció en cuanto escuchó el ruido provocado por las ruedas de una camioneta ingresar por la entrada de la mansión. Al oír la voz del mayor, salió ella a su encuentro con una enorme sonrisa, teniendo cuidado con las escaleras, sorprendiéndose al ver aquella nueva camioneta.
— ¡Edgar, qué camioneta! ¿la has comprado hoy? ¡genial! —Aplaudió bastante animada, en lo que iba a los brazos del chico, y se lanzaba a estos con ánimo, riendo divertida. — Ah, vamos adentro, hace frío.
Murmuró una de las empleadas que trabajaba en aquella mansión. Corrió las cortinas de dicha recámara con suavidad, al tiempo en que abría los ventanales, permitiendo que la suave luz del sol de invierno penetrara hacia el interior de la habitación, acercándose luego a la menor que yacía medio dormida sobre la cama. Se recargó suavemente para de ese modo observar aquella especie de bota de piel que cubría el yeso de la contraria, sonriendo.
— Ha mejorado bastante, señorita Allyssé. Es un bonito día, debería aprovechar de dar un paseo antes que el Amo Edgar este de regreso. —Ante aquellas palabras la menor alzó su pecho, algo curiosa. La noche anterior, durante la cena, el mayor le había dicho que saldría fuera de la ciudad por un asunto de trabajo, y que volvería durante la tarde, por lo que ella se encontraría sola durante el día, acompañada claro de las mujeres que atendían la mansión, y a quiénes supo ganar su cariño y empatía.
— ¿Salió muy temprano? ¿sabes si él desayunó apropiadamente, Anna? —Le preguntó en un susurro, antes de sentarse con cuidado sobre el colchón de la cama, para así caminar con cuidado rumbo al cuarto de baño, claramente arrastrando suave su bota a través del piso de cerámica.
— El amo salió muy temprano, hace unas cuatro o cinco horas. Si, Marie se encargó de que él tomara el desayuno antes de salir, señorita. —Anna siguió a la menor, haciendo guardia en caso de que ella lo necesitara. — El amo ha cambiado, señorita Allyssé…hace mucho que no le veíamos así de animado…y creo que se debe a su presencia aquí.
— ¿A mi presencia aquí? —Comentó en cuanto salió de aquel pequeño cuarto, cambiándose de inmediato de ropa, escogiendo un cómodo atuendo otoñal, puesto que el invierno lentamente comenzaba a abandonar Rusia. Anna le ayudó a volver a la cama, sirviéndole el desayuno que constaba de una taza de té con limón (tal como a ella le gustaba) un par de tostadas con mantequilla y un bowl con fruta picada. La menor agradeció el gesto, y fue así como hizo abandono de su ahora cuarto, caminando lentamente hacia el vestíbulo.
Era normal que no llegaran visitas a la casa de este, debido a que él vivía solo y no tenía familares, a diferencia de ella que sí los tenía, pero en otro continente. Se detuvo al llegar a la cómoda mecedora de la sala de estar, sentándose en esa con cuidado, tomando una de las revistas de modas que allí habían, preocupada por la salida del mayor. Generalmente pasaban todo el día juntos, él y ella, hablando acerca de asuntos cotidianos, música, viajes, algo que los mantenía unidos mientras transcurrían los días. En un mes ella dejaría aquella espectacular mansión, y seguramente ya no vería tanto al mayor como frecuentaba, y eso le preocupó.
— Señorita, no sé si usted lo sabía, pero hoy es el cumpleaños del Amo Edgar.
Al oír las palabras de Marie, otra de las mujeres que allí trabajaban, el rostro de Allyssé pareció deformarse, ¿él estaba de cumpleaños ese día? Sintió que no podría salir de compras en su estado actual, ya que por suerte era capaz de recorrer las cercanías a pie, menos llegaría al centro de la ciudad sola.
— ¿Han preparado algo para Edgar? Es imperioso…debemos celebrarlo.
— El Amo jamás ha celebrado sus cumpleaños, señorita Allyssé…—¿Por qué el mayor no celebraba sus aniversarios? Allí había algo realmente extraño que la sirena no pudo dejar pasar. Pensó en otra alternativa.
— Marie, podríamos preparar una cena especial, sin que él lo sepa. Algo simple, sabemos que el Amo es bastante sencillo en ese aspecto y no le gustan mucho las fiestas…—Acotó, colocándose de pie para dirigirse a la cocina, pensando detenidamente en el menú para aquella noche.
Horas más tarde (y ya en completo acuerdo con ambas empleadas) la menor se encontraba expectante a la llegada del mayor, puesto que desconocía por completo a qué hora llegaría a casa, pero su inquietud desapareció en cuanto escuchó el ruido provocado por las ruedas de una camioneta ingresar por la entrada de la mansión. Al oír la voz del mayor, salió ella a su encuentro con una enorme sonrisa, teniendo cuidado con las escaleras, sorprendiéndose al ver aquella nueva camioneta.
— ¡Edgar, qué camioneta! ¿la has comprado hoy? ¡genial! —Aplaudió bastante animada, en lo que iba a los brazos del chico, y se lanzaba a estos con ánimo, riendo divertida. — Ah, vamos adentro, hace frío.
Invitado
IIIIIIIVV
Invitado
Re: Mi mayor regalo eres tú |Privado|Allyssé|
Edgar suspiró en lo que caminaba hasta la entrada de la mansión, viendo cómo Allyssé salía a recibirla más animada de lo que él pensaba. Frunció el ceño, dejando tanto la bolsa cómo la tabla de surf en el suelo y corriendo prácticamente en dirección a la chica para evitar que se esforzarse demasiado. Sonrió un poco al escucharla aunque, algo no iba bien, se le veía demasiado animada, el Mokole echó una ojeada hacia la puerta y vio de fondo a Marie y Anna con una gran sonrisa ambas en su rostro, aquello era demasiado raro. - Sí, la he comprado hoy y, es para tí. - comentó. - ¿Qué pasa aquí? Te ves muy apurada y –elevó el tono de voz para que ambas amas de llave lo escuchasen. – Se os ve muy expectantes. ¿Algo que deba saber? – Comentó con el ceño fruncido, era espía por lo que sabía perfectamente cuando pasaba algo y cuando no.
– Anna... Por favor ¿Me ayudas con las cosas? Necesito que coja esa bolsa. – Dijo sin apartar la mirada de Allyssé, por un momento se desvió a sus labios pero pronto regresó a sus ojos color miel. - Si amo Edgar. - dijo ella apresurandose en acercarse y tomar la bolsa, mirando por un momento su contenido y sorprendiendose un poco, sonrió sin poder evitarlo y como pudo, sin dejar de abrazar a la chica con un brazo, la cargó y fué donde la tabla de surf y se agachó con cuidado para cojerla, sin dejar de cargar a Allyssé en ningún momento, fue con ella dentro y cerró la puerta de la calle. - Buenas noches, Amo Edgar. - Dijo Marie a lo que recibió un saludo con una pequeña sonrisa por parte del hombre. - Ah esto también es tuyo. Marie por favor, dile a Fabien que lo lleve a la habitación de Allyssé en cuanto le sea posible. - Edgar tenía tan sólo 3 empleados y, a menos que ellos mismos solicitaran la ayuda de otros más, sólo estaban ellos. Dejó apoyada en la pared la tabla y cargó mejor, cómo se suele cargar a las princesas a Allyssé. - La próxima vez... Usa las muletas, aún no creo que sea bueno que camine sin muletas... - murmuró dejándola en la pequeña mecedora con mucho cuidado, suspiró.
- Un momento... ¿A qué huele? - Cuestionó, curioso, mirando en dirección a la cocima y buscando con la mirada a sus amas de llave, las cuales no se encontraban allí en aquel momento, sentía curiosidad porque su instinto le decía que debía de estar atento porque pasaría algo.
– Anna... Por favor ¿Me ayudas con las cosas? Necesito que coja esa bolsa. – Dijo sin apartar la mirada de Allyssé, por un momento se desvió a sus labios pero pronto regresó a sus ojos color miel. - Si amo Edgar. - dijo ella apresurandose en acercarse y tomar la bolsa, mirando por un momento su contenido y sorprendiendose un poco, sonrió sin poder evitarlo y como pudo, sin dejar de abrazar a la chica con un brazo, la cargó y fué donde la tabla de surf y se agachó con cuidado para cojerla, sin dejar de cargar a Allyssé en ningún momento, fue con ella dentro y cerró la puerta de la calle. - Buenas noches, Amo Edgar. - Dijo Marie a lo que recibió un saludo con una pequeña sonrisa por parte del hombre. - Ah esto también es tuyo. Marie por favor, dile a Fabien que lo lleve a la habitación de Allyssé en cuanto le sea posible. - Edgar tenía tan sólo 3 empleados y, a menos que ellos mismos solicitaran la ayuda de otros más, sólo estaban ellos. Dejó apoyada en la pared la tabla y cargó mejor, cómo se suele cargar a las princesas a Allyssé. - La próxima vez... Usa las muletas, aún no creo que sea bueno que camine sin muletas... - murmuró dejándola en la pequeña mecedora con mucho cuidado, suspiró.
- Un momento... ¿A qué huele? - Cuestionó, curioso, mirando en dirección a la cocima y buscando con la mirada a sus amas de llave, las cuales no se encontraban allí en aquel momento, sentía curiosidad porque su instinto le decía que debía de estar atento porque pasaría algo.
Invitado
IIIIIIIVV
Invitado
Re: Mi mayor regalo eres tú |Privado|Allyssé|
—¿P-Para mí? Edgar, es impresionante y fantástica en verdad, pero…yo no sé conducir. —Aclaró con un suave ademán, para luego negar con la cabeza, notando que el contrario ya se había percatado del extraño “aire” que circulaba en torno a ella y a los tres empleados.
Sonrió nerviosa, intentando parecer natural en sus actitudes, pero sabía que el mayor no se quedaría tranquilo, puesto que él era bastante inteligente y le conocía incluso más que cuando ella se encontraba en el hospital.
—No, no pasa nada, en serio...—Musitó, mordiendo su labio inferior, típico gesto que se comete cuando se sabe que se está mintiendo, y que el más alto sabía interpretar. Se dejó cargar por Edgar, en lo que él le solicitaba a Anna que le ayudase a cargar la bolsa que traía con él; en ese momento vio la tabla de surf que el contrario pidió trasladar a su habitación.
—Estoy bien, no era necesario, pero las usaré una próxima vez…—Volteó a mirar a Marie, la otra de las empleadas, dirigiéndole una suave mirada cómplice, cómo queriéndole decir: “Ve a alistar todo a la cocina”, para luego volver a observar al mayor.
—Edgar, ¿por qué compraste una tabla de surf? —No pudo evitar preguntarle, ladeando su rostro en cuanto este la cogió en brazos, sonriéndole con dulzura. Al oír la pregunta de parte del adverso, amplió la medialuna en sus labios, no pudiendo evitar enfocar sus belfos en los contrarios, admirando el azul de estos.
—Vamos al comedor, te esperé para cenar y muero de hambre. —Murmuró, guiñándole al chico para de este modo sentir como el foráneo se dirigía a paso calmo rumbo al lugar mencionado por ella, todavía cargándole en sus brazos.— Escogí el menú personalmente…supe por Marie que te gustan los camarones y las patatas cocidas.
En cuanto llegaron al comedor, este estaba decorado de manera sobria, pero no menos elegante. Allyssé había escogido una decoración en tonos verdosos y plateados, utilizando para eso la platería que había en la mansión además del uso de flores color blanco de la estación, y habían en la mesa dos puestos, y justamente en medio yacía un pastel de nuez y fresas.
—También supe que hoy era tu cumpleaños, y bueno…no quise pasarlo por alto. —Esperó a que él le bajara y volvió a sonreírle.- Feliz cumpleaños, Edgar.
Sonrió nerviosa, intentando parecer natural en sus actitudes, pero sabía que el mayor no se quedaría tranquilo, puesto que él era bastante inteligente y le conocía incluso más que cuando ella se encontraba en el hospital.
—No, no pasa nada, en serio...—Musitó, mordiendo su labio inferior, típico gesto que se comete cuando se sabe que se está mintiendo, y que el más alto sabía interpretar. Se dejó cargar por Edgar, en lo que él le solicitaba a Anna que le ayudase a cargar la bolsa que traía con él; en ese momento vio la tabla de surf que el contrario pidió trasladar a su habitación.
—Estoy bien, no era necesario, pero las usaré una próxima vez…—Volteó a mirar a Marie, la otra de las empleadas, dirigiéndole una suave mirada cómplice, cómo queriéndole decir: “Ve a alistar todo a la cocina”, para luego volver a observar al mayor.
—Edgar, ¿por qué compraste una tabla de surf? —No pudo evitar preguntarle, ladeando su rostro en cuanto este la cogió en brazos, sonriéndole con dulzura. Al oír la pregunta de parte del adverso, amplió la medialuna en sus labios, no pudiendo evitar enfocar sus belfos en los contrarios, admirando el azul de estos.
—Vamos al comedor, te esperé para cenar y muero de hambre. —Murmuró, guiñándole al chico para de este modo sentir como el foráneo se dirigía a paso calmo rumbo al lugar mencionado por ella, todavía cargándole en sus brazos.— Escogí el menú personalmente…supe por Marie que te gustan los camarones y las patatas cocidas.
En cuanto llegaron al comedor, este estaba decorado de manera sobria, pero no menos elegante. Allyssé había escogido una decoración en tonos verdosos y plateados, utilizando para eso la platería que había en la mansión además del uso de flores color blanco de la estación, y habían en la mesa dos puestos, y justamente en medio yacía un pastel de nuez y fresas.
—También supe que hoy era tu cumpleaños, y bueno…no quise pasarlo por alto. —Esperó a que él le bajara y volvió a sonreírle.- Feliz cumpleaños, Edgar.
Invitado
IIIIIIIVV
Invitado
Re: Mi mayor regalo eres tú |Privado|Allyssé|
Edgar frunció el ceño, ligeramente sorprendido de que la contraria no supiera conducir, era algo básico, al menos en Rusia y, ciertamente le preocupó.- Podría enseñarte a conducir y pagarte además la academia para que puedas sacarte el carnet.. -Murmuró pensativo y miró a Allyssé con una pequeña sonrisa en su rostro, lo decía bastante enserio, porque, no era algo que no se pudiera permitir.- Cuando estés bien.. por supuesto. - Añadió aclarando que no había olvidado que estaba un poco dependiente por culpa de aquella escayola.
Ladeó el rostro al escucharla, aquel gesto le hizo saber definitivamente que ocurría algo y, la intriga se lo estaba comiendo por dentro, algo que no podía casi aguantar, además algo le estaba diciendo que ingresara rápido en su casa. A la cuestión e Allyssé le dedicó una pequeña sonrisa, encogiéndose de hombros como restando le importancia. - Bueno, porque te gusta surfear ¿No? Es para ti, la vi y no pude contenerme .. -Comentó, algo divertido por ello y se quedó observando por un momento a Allyssé, admirando aquel hermoso rostro cómo si fuera un cuadro famoso, realmente podría pasarse horas así, observándola, aunque cuando habló, salió de su pequeño trance, avergonzandose de sí mismo por tal comportamiento y dirigiéndose al comedor.
- ¿Uhm?¿Marie te dijo mi comida favorita? ... -Murmuró frunciendo el ceño, pero, lo que vio acontinuación lo impactó, no porque fuera algo que realmente impactara a una persona normal, si no porque era algo que no se esperaba, algo que le había sorprendido, aquello se pudo notar en su rostro que, se volvió serio, aunque era por el encuentro de varios sentimientos que le hacían estar confuso. Dejó con cuidado a Allyssé en el suelo y a su felicitación parpadeó un par de veces y miró a Marie de reojo, la cual se disculpó con una pequeña mueca, miró de nuevo a Allyssé.- ¿Por qué? - Bajó la mirada, casi parecía dolor lo que se mostraba en su rostro. Sin previo aviso abrazó el cuerpo de la chica, rodeando todo este con sus brazos y escondiendo el rostro en el hombro de la más baja. - ¿Por qué eres así conmigo? ... -Susurró, era su forma de demostrar lo agradecido que estaba por aquel gesto. - Marie, Anna, tómense el día de hoy y el de mañana libres. -Dijo recuperando un poco la compostura y separándose de la chica. Las amas de llave asintieron casi al mismo tiempo, retirándose.
La ayudó a caminar hasta la silla para, así, hacer a un lado esta, dejando así que la joven pudiera sentarse. - Cuando hablamos, en el hospital, nunca te dije mi edad. ¿Cuantos cree que tengo? Allyssé. -Preguntó mientras ladeaba el rostro, curioso por saber, pero desvió su mirada hacia la tarta, pudiendo ver las fresas aunque no era muy bueno adivinando cual era el sabor de esta debido al color. Se sentó frente a ella y observó su plato, lo cierto era que todo aquello parecía el decorado de una cita más que de un cumpleaños, recordó que había bebidas en la nevera y se levantó un segundo, disculpándose para así ir por una cerveza y una botella del vino más caro que pudo encontrar, él prefería la cerveza. - ¿Quiere un poco? - Preguntó elevando un tanto ambas opciones y esperando a que ella decidiera cual gustaba de tomar.
Ladeó el rostro al escucharla, aquel gesto le hizo saber definitivamente que ocurría algo y, la intriga se lo estaba comiendo por dentro, algo que no podía casi aguantar, además algo le estaba diciendo que ingresara rápido en su casa. A la cuestión e Allyssé le dedicó una pequeña sonrisa, encogiéndose de hombros como restando le importancia. - Bueno, porque te gusta surfear ¿No? Es para ti, la vi y no pude contenerme .. -Comentó, algo divertido por ello y se quedó observando por un momento a Allyssé, admirando aquel hermoso rostro cómo si fuera un cuadro famoso, realmente podría pasarse horas así, observándola, aunque cuando habló, salió de su pequeño trance, avergonzandose de sí mismo por tal comportamiento y dirigiéndose al comedor.
- ¿Uhm?¿Marie te dijo mi comida favorita? ... -Murmuró frunciendo el ceño, pero, lo que vio acontinuación lo impactó, no porque fuera algo que realmente impactara a una persona normal, si no porque era algo que no se esperaba, algo que le había sorprendido, aquello se pudo notar en su rostro que, se volvió serio, aunque era por el encuentro de varios sentimientos que le hacían estar confuso. Dejó con cuidado a Allyssé en el suelo y a su felicitación parpadeó un par de veces y miró a Marie de reojo, la cual se disculpó con una pequeña mueca, miró de nuevo a Allyssé.- ¿Por qué? - Bajó la mirada, casi parecía dolor lo que se mostraba en su rostro. Sin previo aviso abrazó el cuerpo de la chica, rodeando todo este con sus brazos y escondiendo el rostro en el hombro de la más baja. - ¿Por qué eres así conmigo? ... -Susurró, era su forma de demostrar lo agradecido que estaba por aquel gesto. - Marie, Anna, tómense el día de hoy y el de mañana libres. -Dijo recuperando un poco la compostura y separándose de la chica. Las amas de llave asintieron casi al mismo tiempo, retirándose.
La ayudó a caminar hasta la silla para, así, hacer a un lado esta, dejando así que la joven pudiera sentarse. - Cuando hablamos, en el hospital, nunca te dije mi edad. ¿Cuantos cree que tengo? Allyssé. -Preguntó mientras ladeaba el rostro, curioso por saber, pero desvió su mirada hacia la tarta, pudiendo ver las fresas aunque no era muy bueno adivinando cual era el sabor de esta debido al color. Se sentó frente a ella y observó su plato, lo cierto era que todo aquello parecía el decorado de una cita más que de un cumpleaños, recordó que había bebidas en la nevera y se levantó un segundo, disculpándose para así ir por una cerveza y una botella del vino más caro que pudo encontrar, él prefería la cerveza. - ¿Quiere un poco? - Preguntó elevando un tanto ambas opciones y esperando a que ella decidiera cual gustaba de tomar.
Invitado
IIIIIIIVV
Invitado
Temas similares
» [Privado-Belluse]Shatter me
» (Privado-Ahren +18) Coartada.
» [Privado / Marina] Somewhere
» [Privado | Brett] Finding someone new
» { Privado | Sayaka } Fiesta de pijamas
» (Privado-Ahren +18) Coartada.
» [Privado / Marina] Somewhere
» [Privado | Brett] Finding someone new
» { Privado | Sayaka } Fiesta de pijamas
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Dom Jun 28, 2015 7:53 am por Shimazaki
» REGISTRO DE PERSONAJE APROBADO.
Dom Jun 28, 2015 6:02 am por Anne Rice
» [[ ABIERTO || BORED ]]
Vie Jun 26, 2015 9:01 am por Dyel DankWorth
» [PRIVADO/NATHAN] EXPRESO DE MEDIA NOCHE.
Jue Jun 25, 2015 6:06 pm por Chase Summers
» [[ Privado || You are here! || Nicolas Langley ]]
Jue Jun 25, 2015 4:54 pm por Nicholas Langley
» [Abierto // ¿Un sueño? // Necesito alimento ]
Mar Jun 23, 2015 5:14 pm por Gerun Baid
» Movil de Eidan
Miér Jun 17, 2015 1:57 am por Eidan Gallagher
» REGISTRO DE MÓVIL >>
Miér Jun 17, 2015 1:52 am por Eidan Gallagher
» Movil de Jared
Miér Jun 17, 2015 1:43 am por Jared Stone
» REGISTRO DE AUSENCIA
Sáb Jun 13, 2015 4:56 am por Yamamoto [Shiro]
» [Privado | Kasha Dien & Haruka | Curiosity can be dangerous]
Jue Jun 11, 2015 8:11 pm por Kasha Dien
» [Privado - Sébastien] Kakitama-Jiru かきたま汁 Mr.Hungry.
Miér Jun 10, 2015 4:44 am por Sébastien
» REGISTRO DE PUNTOS.
Dom Jun 07, 2015 8:56 pm por Haruka
» [Cerrado] Do You Believe In Magic.
Sáb Jun 06, 2015 6:40 pm por Adam Summers