Exercise.- Abierto:

La música que saía de los auriculares apagaba todo rudio externo  y le daban más energía para seguir corriendo, el frío que pudo haber sentido en algún principio había abandonado su cuerpo por completo, en vez de eso tenía un agradable calor por el el ejercicio producido, como solía hacer cada día lo primero que hacía al levantarse era ejercisios pero dada su profesión no podía ser criatura de hábiitos por lo que debía cambiar sus horarios  y lugares donde entrenar por que hoy había sido escogido el bello parque Gorki. 

La nieve había humedecido el piso pero a ella no le podía importar menos, corriendo se sentía libre y de alguna manera terminaba despejando su mente. Cruzó el puente  a paso moderado y  volvió a retomar el ritmo que llevaba antes, moderando su respiración bajo el barbijo que no permitía que el frío fuera nocivo para sus pulmones. 



Apoyó su espalda contra uno de los árbloes para recobrar el aliento  perdido y de paso descansar un poco pues  había pasado corriendo la última hora, mirando con atención la fina capa de hielo que se formaba sobre el agua lo que le hizo morder sus labios levemente pues le dieron unas increible ganas de nadar,  algo que era realmente habitual para los moscovitas en esa época irguiendo su espalda para sopesar los pros y contra, al no encontrar ningún contra se quitó con rapidez su ropa deportiva, dejó su móvil entre la ropa al igual que su cuchillo de guerra para finalmente quedar con su conjunto de ropa interior negra y corrió hasta el agua para darse un clavado. 

El agua  helada chocando con su cuerpo se sintió como si fueran mil cuchillos rajando su piel sin embargo todo eso cambió en cuanto comenzó a moverse por el río, metiendo su cabeza debajo del agua, volviendo  a salir, ir hasta la orilla y volverse a lanzar  pues si ya el frío era algo inexistente para ella, una risa sincera escapó de sus labios, dejandosé flotar sobre su espalda pues hacía demaisado tiempo que Leah no tenía un momento así  para ella misma y en especial tan tranquilo,  la hora tan temprana  hacía que el lugar estuviera vacío o al menos eso creia pues sería bochonorso para ella  encontrarse por alguien, no porque le avergonzara su cuerpo... no del todo, sus cicatrices le molestaban bastante pero no era por aquello sino por el hecho de que le molestaban los desconocidos. Se lanzó agua en el rostro  para quitar los pensamientos  que la invadían y comenzar a nadar para aparte de divertirse, entrenarse un poco más. 



Cuando creyó que había pasado lo suficiente, la mercenaria salió del agua estrujando su cabello y poniendosé solo el chaleco de su ropa hasta esperar secarse un poco antes de volver a vestirse. Frunció el ceño y metió la mano entre su ropa que aúh estaba en algún costado para atrapar su arma pues había oido oido algo, tal vez su imaginación o tal vez no, lo mejor era siempre estar alerta. 

Apariencia:

Cuando sujetó su cuchillo esperaba cualquier cosa, un perro callejero, alguien que quisera pagar una deuda o algún ser sobre natural hambriento que hubiera creido que ella era  una presa fácil por lo que en su mente comenzó a trazar una ruta de escape más corta hacia su automóvil donde tenía algunas armas pero en vez de eso un chico muy raro apareció de cabeza como si fuera uno de esas  cajas donde salía de la nada una cabeza de payaso, creía que aquello tenía un nombre pero no recordaba. En fin no podía negar que el chico la había asustado pero solo un poco y esperaba que no se hubiera notado por lo que sabía que  si en vez de su cuchillo tenía su siempre amada arma allí, el jovén tendría un bello agujero entre sus cejas. 

-Creí que las personas usaban ropas mas gruesas en está época-  comentó sin dejar de observar fijo a aquel chico que al parecer no era ruso, nadar en invierno era algo habitual para todos ellos y mientras más fría fuera la ciudad, mucho mejor y aunque a priori el muchacho pareciera inofencivo, Leah estaba segura de que no lo era llamelo intuición femenina o desconfianza. -Soy rusa, hacemos todo al extremo- elevó sus hombros como si eso fuera suficiente explicación para el adverso -De todos modos ¿Quién eres? -Tal vez no había sonado muy simpatica pero era un poco brusca con las personas que no conocía y más si era un extraño que confensaba abiertamente el hecho de andar como dios lo trajo al mundo. 

Recordando que estaba en ropa interior, gracias al comentario sobre andar en pelotas del otro, comenzó a vestirse con la ropa de gimnacia, poco importaba si esta se humedecía ya que pronto se encontraría en lugar caliente y obviamente debería cambiarse de ropa,  no crepia que a Harry su nuevo jefe le  hiciera gracia que anduviera con esas ropas mientras le cuidaba el trasero y olía mal, no le molestó que el adverso viera el cuchillo cuando al ponerse el pantalon  se lo colocó sobre la cinturilla de esté y su espalda, no es que pensara que lo iba asustar ni mucho menos pero si le iba a dejar en claro que era un hueso difícil de roer.