(Privado- Asmodeo) Hagamos un pacto

Ultimamente estaba teniendo problemas con el lobo, se sentía frustrado, no sabía qué hacer, no quería vivir una eternidad sin él, no quería que se separara de nuevo, le quería demasiado, Belluse lo había transformado por completo, lo rebelde y malicioso que alguna vez había sido Suga se había ido por completo, aunque eso no le gustaba del todo pues se sentía más vulnerable, aún así sabía que no había vuelta atrás haría todo para salvar su relación.
 
Belluse quería un hijo y aunque Suga no estaba preparado para ser padre pues nunca se llevó bien con los niños, ni siquiera le gustaban, era el camino para recuperar su relación ya que para el garou, al parecer, formar una familia era importante.
 
Suspiró pesadamente y se dirigió a aquel bar, vería a una figura conocida ahí, alguien de su pasado que podría solucionar su problema
 
-       Espero que el chamaco que me den sea callado, obediente, y casi no se mueva- se mordió el labio y luego se relajó entrando al lugar en donde los pactos más atroces se realizaban.
 
   
Hacía un tiempo que no veía al demonio, se puso algo nervioso, por lo que se dirigió a la barra y pidió un wiskey el cual tomó de un solo sorbo, arrugó la nariz y recordó que ya no era humano, aquella bebida no le sabía muy agradable, lo único agradable a su paladar era la sangre, sin embargo, poco le importó y pidió otra copa pues se estaba poniendo más de nervioso, no sabía lo que tendría que dar a cambio del chamaco.

Seguía bebiendo cuando notó que repentinamente llegó un joven a buscarlo y le pidió que lo acompañara, se puso de pie sabiendo que aquella orden era mandada por el demonio a quien buscaba, apretó los labios  “ Bah ni que N fuera tan importante” pensó mientras seguía a aquel muchacho que había ido a su encuentro, finalmente llegó a la zona VIP del lugar y los dejaron pasar por ordenes del demonio.
 
Entreabrió la boca observando a las hermosas mujeres y hombres que estaban como “invitados” en esa zona, las mujeres sobretodo estaban como querían y Suga no podía apartar la mirada de varias de esas chicas.
 
Respiró profundo y finalmente vio al demonio, sin pensarlo dos veces, se acercó a él y tomó asiento a su lado haciendo que un chico se arrimara y lo viera feo, pero a Suga poco le importó
 
   
_ Hey bro, hace tiempo que no te veo- elevó la mano para estrechar la del ajeno- oye vengo porque tengo una petición que hacerte y ya me dices cuánto me cobras, quiero un niño para que sea hijo mío y de mi pareja- dijo precipitadamente porque Suga así era, totalmente ateperetado- ¿Cuánto me cobrarías por conseguirme uno que no se muera con facilidad? ¿eh? ¿eh?

Dos de sus hermosas súcubos se acercaban suave y lentamente para susurrar sus inquietudes con respecto al invitado de su príncipe, el cual hacia presencia y comenzaba a dar un primera intensión algo peculiar al observar a todos los presente sin al menos disimularla, tal vez en tiempos pasados muy pasados eso hubiese sido algo que le hubiese dado algo de gracia al demonio y este hubiese reído del contrario, pero ya no era el caso, era muy pocas las cosas en el mundo por no decir casi inexistente las que le daban gracia al demonio. El siempre se encontraba recto y elegante, sin importar que la vestimenta que llegara en ese momento no era acta para el comportamiento de Asmodeo, pero le gustaba, el pudo observar los gusto de ropa de su contenedor y le parecía algo interesante por lo que decidió probarse aquellas prendas del mortal.

El humano se acerca a Asmodeo. ¿El humano?, Asmodeo sentía una energía oscura que rodeaba al menor o era mejor decir que emanaba del menor y no era de ese tipo de energía oscura que los mortales solía conseguir de Pandemonium, era diferente en esta ocasión. – Entiendo – Comento al par de las palabras de menor, no lo decía porque entendía lo que el contrario comentaba, entendía lo que había pasado para que este generara energía de ese tipo. Asmodeo se puso de pie y desvio su mirada hacia el rostro de menor para comentarle o mejor dicho ordenarle en un tono tranquilo de voz. – Sígueme – Después de eso continuo caminando para salir de la zona VIP y pasar alrededor de la pista de baile acercándose a una de las muchas misteriosas puertas que estaban en Pandemonium, pero pocos podía observar.

Asmodeo observaba que su invitado estuviera cerca de él. Luego volvió a dirigir su vista a aquella misteriosa puerta de color negro, esta no tenia picaporte ni nada por el estilo que le permitiera abrirse de una manera normal, pero ese era el truco no se abría de una manera normal. – Despierta – Comento frente a la puerta el príncipe, pero no pasaba nada en realidad. Este tomo algo de aire y luego dejo escapar un suspiro, entrecerró sus ojos observando la puerta y luego dio un puntapié contra esta. – Despierta – Con las palabras y el golpe se pudo observar un gran ojo azul planto y del diámetro de un balón de basket aparecía de repente en la puerta. – Si te lo repito de nuevo – Asmodeo no término su oración cuando la puerta se abría hacia adentro dejando observar nada más que oscuridad. – Adelante – Le comente al menor para que pasara.