I didn't wanna do it... but I do it. [Privado|Malia]

Ella era una amante del silencio, si bien, su pasión por ello era la paz que vivió siglos atrás cuando fue a egipto para 'pasar el siglo', era una época que la identificaba bastante también fue una época de marcado silencio en su mente, un silencio que luego, conforme los siglos pasaron los humanos se encargaron de tapar muy bien ¿Dónde quedó atrás el silencio? Incluso en el más árido desierto puede ser interrumpido ese silencio por el paso de un avión, o helicóptero, era algo que se había perdido con el paso de los siglos e incluso milenios y para J aquello era  una verdadera pérdida, el silencio era algo que los únicos que lo respetaban eran los japoneses o los orientales en general pero el resto del planeta pareciese que necesitase el ruido para convivir.


Lo único que adoraba de ruido J era la música, era lo único que merecía la pena para romper el silencio, era lo único con lo que acudía en busca de ruido, la música era especial para ella y, en su opinión, lo único que el ser humano a creado y ha merecido la pena. Era por eso que decidió ir a un bar de ambiente aquella noche, en realidad era el colmo de la contradicción por lo que nevando como estaba su única prenda que verdaderamente tapaba constaba de una chaqueta de cuero, de prenda superior a parte de ello llevaba una camiseta de tirantes color negro de esas que sólo cubrían el pecho y luego unos vaqueros muy cortos negros también y unos botines (negros también para variar) y ya está, eso era todo pero claro, ella amaba el dolor que provocaba el frío allí asi que no le importaba caminar por la calle solo con eso, era una combinación muy de ella, muy de J.


Cuando entró al lugar como de costumbre con una gran preferencia acerca de el coste de la entrada y la tardanza, entró con seguridad, con esa prepotencia que tanto la caracterizaba y con aires de ser alguien que tienes difícil poder jugársela y fue donde la barra mientras el ambiente que la rodeaba la hundía en una curiosidad muy grande, todo aquello estaba lleno de lujuria, de hombres que comían con las miradas a las bailarinas y allí estaba J, en la barra observando mientras su bebida estaba en proceso. Realmente solo observaba algo, era una bailarina en el centro del escenario, el cómo se movía, el cómo miraba, el cómo atrapaba a las personas con su danza, era algo que provocaba el deseo de J de subir ahí y hacer exactamente lo mismo, deseo que, en cuanto el bartender le entregó la copa solicitó hablar con la encargada, sí, encargada del lugar.


Tan sólo requirió de unos 20 minutos para poder conseguir su propósito aunque por deseo propio no se cambió, ella sólo bailaría una vez y lo haría como quisiese porque, J no obedecía 'ni al tato'. Cuando la música comenzó ella salió al escenario dotada de un micrófono para hacer maravillas con su voz, comenzando así un espectáculo dirigido a nadie y a todos al mismo tiempo, en eso estaba cuando el estribillo salto y ella con su baile, con sus movimientos comenzó a quitarse la chaqueta que todos los hombres rogaban porque desapareciese, era normal a fin de cuentas. Una mirada bastó para fijarse en una chica que quiso invitar a bailar junto a ella por el simple hecho de que le pareció linda aunque... tal vez... hubiese algo más... así que con un gesto del índice invitó a la joven a bailar con ella ¿Aceptaría?